El fuego cruzado entre dos de las figuras más reconocibles del periodismo español, Arturo Pérez-Reverte y la excorresponsal de TVE Almudena Ariza, ha estallado en las redes sociales.
El escritor y académico respondió con su característica munición pesada a un usuario de X (antes Twitter) que le preguntaba sobre unas supuestas críticas de Ariza en un máster de periodismo, donde la reportera habría calificado al autor de “marichulo” y menospreciado su trayectoria profesional.
Lejos de guardar silencio, Pérez-Reverte desclasificó el conflicto como un ajuste de cuentas generacional y personal, minimizando la relevancia de la crítica. La respuesta del autor de El club Dumas fue tan rápida como afilada, reduciendo la confrontación a una disputa psicológica y profesional:
Con esta contundente declaración, Pérez-Reverte no solo desacreditó el fondo de la crítica, sino que estableció una clara línea divisoria entre su generación de reporteros de guerra (que él describe como quienes lo hacían “de verdad”) y la trayectoria de Ariza, quien ha sido corresponsal en capitales clave como Pekín, Nueva York o París. El escritor, quien ejerció como corresponsal de guerra para TVE en las décadas de los 80 y 90, ha expresado reiteradamente su desencanto con lo que considera una pérdida de rigor en el periodismo actual.
El comentario generó un aluvión de reacciones en X, polarizando a los usuarios entre aquellos que aplaudían la franqueza y la memoria histórica de Reverte y quienes defendían la dilatada y prestigiosa trayectoria internacional de Almudena Ariza.
Hasta el momento, Almudena Ariza no ha respondido públicamente al comentario. No obstante, el enfrentamiento público ha provocado el resurgimiento de antiguos desencuentros entre ambos periodistas, que coincidieron en la televisión pública en los años de mayor cobertura internacional de la cadena. El duelo verbal subraya las tensiones latentes entre los distintos estilos y visiones del periodismo que coexisten en el panorama mediático español.
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