Las bacterias resistentes a los antibióticos, conocidas como superbacterias, avanzan a un ritmo preocupante y podrían causar más muertes que el cáncer en apenas 25 años, según alertan los expertos reunidos en Valencia en el XIX Congreso Nacional de Laboratorio Clínico (LABCLIN 2025). El encuentro, que reúne a más de 1.500 profesionales del sector sanitario, aborda desde hoy uno de los mayores desafíos globales para la salud pública.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte de que las infecciones por bacterias resistentes podrían provocar hasta diez millones de muertes al año en todo el mundo si no se adoptan medidas urgentes. Estas infecciones dificultan los tratamientos, aumentan la mortalidad y elevan los costes hospitalarios, convirtiéndose en una amenaza silenciosa con impacto global.
Entre las bacterias más peligrosas, la OMS incluye a Acinetobacter resistente a carbapenémicos, Mycobacterium tuberculosis resistente a rifampicina y diversas enterobacterias multirresistentes. También figuran Pseudomonas aeruginosa y Staphylococcus aureus resistente a meticilina (SARM), por su alta capacidad para provocar infecciones graves. “Estamos en una auténtica carrera contra el tiempo”, advierte el microbiólogo Luis Martínez Martínez, del Hospital Reina Sofía de Córdoba. “Ya hay cepas que muestran resistencia incluso a los antibióticos más recientes”.
España refuerza la vigilancia ante un problema creciente
En España, la resistencia a los antibióticos también preocupa. El Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN) estima que estas infecciones causan más de 4.000 muertes cada año y suponen un coste superior a los 150 millones de euros para el sistema sanitario. Aunque el consumo de antibióticos ha disminuido en humanos y animales, los expertos reclaman mantener la vigilancia activa y reforzar las medidas de control.
Los especialistas reunidos en LABCLIN 2025 coinciden en que la lucha contra las superbacterias debe apoyarse en tres pilares fundamentales: el uso responsable de los antibióticos, el fortalecimiento de los sistemas de vigilancia microbiológica y la inversión en investigación para desarrollar nuevos tratamientos.
El congreso, organizado por la Sociedad Española de Medicina de Laboratorio (SEMEDLAB), se consolida así como un punto de encuentro clave para debatir estrategias, compartir avances y coordinar esfuerzos frente a una amenaza que ya se perfila como una de las grandes emergencias sanitarias del siglo XXI.
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