Enrique Murillo ha vuelto a poner sobre la mesa uno de los episodios más incómodos de la industria editorial española: el escándalo del plagio en Sabor a hiel, la novela publicada por Ana Rosa Quintana en el año 2000 y retirada poco después de las librerías.
El libro, editado por Planeta y presentado como el debut literario de la presentadora, llegó a vender más de 100.000 ejemplares antes de que comenzaran a aparecer las primeras sospechas. Los medios detectaron coincidencias textuales con Álbum de familia, de Danielle Steel, y poco después la revista Interviú reveló que la obra también incluía pasajes calcados de Mujeres de ojos grandes, de Ángeles Mastretta. Las similitudes no quedaron ahí: días más tarde trascendieron fragmentos prácticamente iguales a los de El pájaro espino, de Colleen McCullough.
La acumulación de pruebas llevó a Planeta a retirar todos los ejemplares de la novela “de común acuerdo con la autora”. Ana Rosa Quintana aseguró entonces que la trama y la mayor parte del texto eran suyos, pero admitió que había contado con la ayuda de un colaborador externo. Ese colaborador fue identificado como David Rojo, su ex cuñado, a quien agradecía en la dedicatoria del libro.
El caso generó un fuerte revuelo en el sector y provocó que la editorial Plaza & Janés, representante de Danielle Steel en España, solicitara explicaciones y planteara posibles acciones legales por vulneración de derechos de autor.
RTVE Cataluña recupera ahora el episodio y destroza a Ana Rosa recordando cómo se gestó uno de los escándalos literarios más recordados de la década, un caso que marcó un punto de inflexión en la vigilancia sobre la autoría real y los procesos de producción editorial.
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