La pasada temporada llegaba a su fin en COPE con el anuncio de la renovación de Carlos Herrera con la emisora de los obispos. Un anuncio que rompía con modelos anteriores en los que se renovaba por varios años y se basaba en acuerdos minuciosos por los que el comunicador se reserva el derecho de decidir año a año. Elegía así unas condiciones que ya aceptó la cadena con voces míticas como la de Pepe Domingo Castaño.
En el acuerdo había más puntualizaciones. La presencia de Carlos Herrera se irá diluyendo de forma paulatina frente al micrófono de COPE. De hecho, Herrera en COPE tiene de todo menos a Herrera, que ha reducido a la mínima expresión las horas en el aire y ha confiado su sustitución a Jorge Bustos y Alberto Herrera.
Sin embargo, la audiencia ha dictado su primer veredicto después de estos cambios y no es bueno. Desde que comenzó la nueva temporada, Herrera en COPE –con 2.540.000 oyentes– ha perdido 223.000 fieles, obteniendo su peor dato en cinco años. Tampoco salen las cuentas si recurrimos al truco que, en otras ocasiones, COPE ha utilizado para presumir de datos.
El liderazgo de “el prime time radiofónico” -en el que coinciden en antena Herrera y Bustos- tampoco pertenece ya a Herrera en COPE, que ha perdido 212.000 oyentes en esta nueva temporada. Una tendencia que se extiende también en el segundo tramo del programa, conducido por Alberto Herrera, en el que el espacio de deja 137.000 oyentes.
Los datos de las mañanas arrastran a COPE
La preocupación por estos números es un hecho en los despachos de Alfonso XI, después de que el fiasco de las mañanas haya arrastrado a los números de la emisora, que ha perdido 268.000 oyentes tras el estreno de la última temporada.
Una mala racha que se ha extendido a otros programas troncales y que ponen en entredicho la propuesta de COPE para un futuro en el que se prevén cambios de calado.
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