Cómo viajar seguro en coche con tu mascota

Seguridad y bienestar animal, el reto de cualquier viaje en coche

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Salir de viaje con un perro en el coche se ha vuelto parte habitual de la vida. Muchos conductores se preguntan cómo garantizar la seguridad de los perros en el coche y proteger a todos los pasajeros. Más allá de cuestiones de comodidad, respetar las normas y recomendaciones es crucial para evitar accidentes y garantizar un trayecto agradable.

Las distracciones provocadas por animales sueltos aumentan el riesgo de siniestro. Por eso, conocer los sistemas de retención adecuados es el primer paso. Entre consejos de expertos, surge la pregunta clave: cómo llevar al perro en el coche sin poner en peligro su vida y la de los demás ocupantes. La respuesta implica planificación y responsabilidad.

Elegir el sistema de retención: seguridad y normativa

Circular con un perro suelto está prohibido tanto por motivos legales como por seguridad. Los sistemas de retención como el arnés homologado, los transportines o las rejillas divisorias previenen movimientos bruscos y evitan que el animal interfiera con la conducción. El uso del transportín es más recomendable para perros pequeños, mientras que los arneses de doble enganche funcionan mejor en animales de mayor tamaño.

No todos los productos del mercado cumplen con la normativa vigente. Conviene preguntar o revisar en el punto de venta si el sistema está homologado. Cualquier descuido puede traducirse en una sanción administrativa y, sobre todo, en un severo peligro en caso de frenazo.

Evitar riesgos: ¿por qué no dejar que saque la cabeza?

Permitir que el perro asome la cabeza por la ventanilla puede parecer un acto inofensivo. En realidad, esta costumbre expone al animal a golpes de objetos, infecciones o lesiones en los ojos. Además, un frenazo repentino podría resultar fatal. Por ello, lo mejor es mantener las ventanillas cerradas o solo ligeramente abiertas y supervisadas.

Un ejemplo. En rutas de montaña, las corrientes de aire frío pueden provocar otitis a razas sensibles, y la exposición a ramitas o piedras causa traumatismos leves pero evitables. Prevenir es sencillo si el animal viaja sujeto, sin libertad excesiva dentro del habitáculo.

Paradas frecuentes, hidratación y ventilación

Durante los viajes largos, los animales necesitan parar, estirarse y beber agua. Se recomienda programar paradas cada dos horas, como máximo. En cada detención, conviene aprovechar para que el perro camine con correa por una zona segura del área de servicio.

Olvidar este punto puede acabar en estrés o en problemas de salud por la deshidratación. Llevar siempre una botella de agua fresca y un bol portátil es una medida fácil y eficaz. No todos los aparcamientos son aptos para liberar al animal, así que escoger el sitio con criterio evita sustos.

Temperatura y ambiente, la clave de un viaje confortable

Las temperaturas elevadas en el habitáculo representan el mayor peligro para la seguridad de los perros en el coche, especialmente en verano. Temperaturas superiores a 25 ºC pueden provocar un golpe de calor en pocos minutos, incluso si se deja una rendija de la ventana abierta.

Un ambiente tranquilo y fresco ayuda a reducir la ansiedad. Si el animal muestra signos de agobio —jadeo excesivo, inquietud o salivación— es señal de que algo va mal.

Adaptar la conducción y vigilar la seguridad

Una conducción suave y predecible protege a todos los pasajeros, incluidos los de cuatro patas. Los giros bruscos, frenadas inesperadas y acelerones afectan directamente al bienestar de la mascota. Por eso, la previsión de la ruta y una actitud tranquila al volante favorecen el viaje.

No está de más colocar algún tipo de identificación, como una placa con número de teléfono, por si durante una parada el animal logra escapar. Es raro, pero suele ocurrir en áreas concurridas o cerca de estaciones de servicio.

Algunas dudas frecuentes

¿Se puede llevar más de un perro en el coche? Sí, pero cada uno debe ir asegurado, evitando el contacto directo entre ambos para reducir distracciones. Los vehículos familiares o con maleteros amplios permiten transportar perros grandes si cuentan con rejilla divisoria y espacio suficiente para que el animal quede cómodo sin impactar en caso de frenazo.

En coches pequeños, lo recomendable es priorizar la comodidad del perro y no sobrecargar el habitáculo. Cada viaje supone un reto logístico diferente y conviene anticipar cualquier contratiempo antes de salir.

Viajar con seguridad, más fácil de lo que parece

Respetar la normativa y cuidar el bienestar del animal durante el trayecto permite disfrutar del viaje sin sobresaltos. Un perro tranquilo viaja más a gusto, lo que revierte en una experiencia positiva para toda la familia. Saber adaptar los hábitos de conducción y las rutinas a las necesidades del animal es un pequeño gesto que marca la diferencia.

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