El inicio de la nueva temporada de La vida moderna ha despertado sensaciones encontradas entre sus seguidores. Tras la reforma del estudio principal de Cadena SER, David Broncano, Ignatius Farray y Quequé decidieron emprender un peregrinaje por las calles de Madrid para encontrar un lugar a su altura (es decir, cutre) en el que grabar el espacio, ya que el nuevo estudio de “no se ajusta a la línea editorial feísta de este programa”.
Tras visitar lugares como IFEMA, Colón, los estudios de Movistar+ o el Museo de Cera, los tres cómicos decidieron cerrar su periplo (el espacio regresa a Gran Vía, 32 el próximo lunes) visitando a su gran rival, la COPE. Tras pasear por el Retiro, Quequé condujo a sus compañeros hasta los estudios de la emisora, donde fueron recibidos por algunos de los empleados de la misma.
“Tú lo que propones es que hagamos el programa en los estudios de la COPE pero seguir siendo de la SER, ¿no?”, sintetizó Broncano tras llegar a la sede central de la cadena de Conferencia Episcopal. A su llegada, varios trabajadores de la emisora saludaron a los tres humoristas desde la ventana con lanzamiento de bolígrafos promocionales incluido.
Quequé y Broncano preguntaron a los empleados si había algún estudio libre en el que pudieran grabar el espacio pero Alex Pinacho, productor del programa, les arruinó la alegría tras explicarle que “no tenían autorización” para entrar. Justo antes de que la entrega de este miércoles llegase a su fin, los cómicos se encontraron a Laura Otón, locutora de COPE, en la puerta y aprovecharon para intentar acercar posturas.
“Buscamos un estudio pero seguir estando en la SER”, le explicó Broncano, mientras que Quequé apuntillaba que “esto nunca se ha hecho en la radio”. “Yo creo que sí, aquí hay mucha gente de la SER”, respondió la trabajadora, a lo que Ignatius preguntó si había gente de la SER “presa” dentro de la sede de COPE. Las caras de los tres ‘pachachos’ se iluminó cuando la comunicadora les explicó que el estudio se encontraba “en obras”, una circunstancia que les pareció óptima para grabar el programa.
“¿Se podría mantener los logos de la SER?”, le preguntó Broncano, remarcando que se trataba de “una cesión del espacio”. “Nosotros apostamos por la convivencia”, añadió Quequé, puntualizando que no se trataba de “provocación” sino de “hermanamiento”. “Viva la radio”, concluyó Otón. La incógnita acerca de si los integrantes de La vida moderna lograron acceder a los estudios de COPE se resolverá en la entrega de este jueves.
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