El pasado lunes 23, TVE emprendió una revolución en las tardes de La 1 para intentar levantar sus audiencias, que no pasaban por su mejor momento tras los fracasos de Centro médico, Derecho a soñar o ¿Juegas o qué?. Los movimientos más destacados de esta renovación fueron el debut de Mercado central, la nueva serie diaria de la cadena pública, y la reubicación de Servir y proteger y Acacias 38, que retrasaron su hora de inicio para proteger el estreno de la ficción que protagoniza Antonio Garrido.
En su primera semana en antena, Mercado central firma un 7,8% de cuota de pantalla y 841.000 espectadores de media. Tras desembarcar en La 1 con un 8,9% de share y 1.003.000 televidentes, la serie se estabilizó en torno al 7%, empeorando los datos anotados una semana antes por Servir y proteger, que promedió un 9,7% de cuota y 1.059.000 fieles.
La ficción policiaca, por su parte, ha dejado sensaciones encontradas tras su reubicación. Pese a que pierde seguimiento debido a su cambio de horario (se deja tres décimas y 160.000 adeptos en comparación a los registros cosechados durante la semana del 16 al 20 de septiembre), mejora notablemente los datos que venía marcando Acacias 38 en esa misma franja, ya que Servir y proteger firma y 9,4% de share y 899.000 espectadores frente al 8,4% de cuota y 784.000 televidentes de media que alcanzó su predecesora durante la semana anterior.
Las impresiones son similares en el caso de Acacias 38, que tenía por delante el reto más complicado, ya que su nueva franja (18:30 horas) se había convertido en un agujero negro en los últimos años. La ficción ha superado el desafío con buena nota: pese a que cae ligeramente (pierde 0,4 puntos y 120.000 fieles), consigue mejorar notablemente los datos anotados por productos como Viaje al centro de la tele, Centro médico o Derecho a soñar, llegando a doblar sus audiencias.
La conclusión es que el cambio ha reforzado a La 1, cuya franja vespertina ha pasado de marcar un 7,3% de share a firmar un 7,9% en solo una semana. Esto se explica porque, pese a que las ficciones pierden seguimiento, todas logran mejorar a sus antecesoras, logrando un bloque sólido y sin bajones, uno de los grandes males que venía asolando a las tardes de la cadena pública.
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