Rajoy visita la capital foral. Se da la mano con Sanz, pero no sonríen, no hay cercanía. El navarro va a su aire. Necesita acuerdos de presupuesto para llevar el AVE a Pamplona. Y Rajoy no puede perder esos dos votos en el Congreso en la votación de presupuestos. Sanz aparece como el hombre que tiembla ante la pérdida del poder.
Pero no olvidemos que Zapatero necesita el pretexto del gobierno de UPN para que no se le recuerde que ofreció la anexión de la Comunidad Foral a los nacionalistas de la banda eta. Sanz ha cuidado mucho a los socialistas: les ha dado cargos en algunas instituciones forales. Algunos de esos cargos les correspondían a los de Nafarroa Bai. Y Sanz ha cuidado mucho a los socialistas navarros, que la peor situación para la Comunidad sería un pacto socialistasnacionalistas.
En Navarra no solo se juega el gobierno. Navarra es el ejemplo de que se debe evitar la fractura que en otras comunidades se ha abierto entre la derecha, y un socialismo echado en manos de nacionalistas para conseguir el poder. Es el caso de Galicia, de Cataluña, y quizá pronto del País Vasco. Esperemos que no.
ALFREDO URDACI, PERIODISTA