Pero, ¿y cómo va a saber responder si ni siquiera nosotros, los profesionales, sabemos explicar ni interna ni externamente cuál es la misión de la Dirección de Comunicación? No tenemos una denominación común: Relaciones Externas, Relaciones Públicas, Comunicación Integral, Relaciones Institucionales, Imagen, Marketing… ¿Distintos nombres para iguales responsabilidades? No. Relaciones con los Medios, Comunicación Interna, Relaciones Institucionales, Relaciones con los Inversores, Comunicación de crisis, Patrocinio, RSC… ¿Distintas responsabilidades para iguales nombres? Tampoco. En definitiva, no sabemos ni quiénes somos ni qué hacemos realmente. Y si no lo sabemos, es posible explicarlo.
Llevamos demasiado tiempo buscando nuestra identidad, intentando crearnos un espacio estratégico dentro de las organizaciones y reivindicando nuestra profesión; pero esto no será posible hasta que no seamos capaces de reconocernos a nosotros mismos. Debemos urgentemente definir de una vez todas un nombre común y unas responsabilidades asociadas a él de forma clara y reconocible todos dentro y fuera de las organizaciones. A partir de ahí podremos avanzar en el reconociento de nuestra profesión, en su posicionamiento dentro del organigrama de la empresa e incluso en su margen salarial.
Una vez definidos nombre y funciones asociadas estaremos ya en disposición de buscar la solución a otro de nuestros problemas, la paradoja de nuestra profesión: comunicar la comunicación. Con humildad pero sin avergonzarnos, los comunicadores deberemos empezar a explicar interna y externamente a las organizaciones nuestra posición. Y este discurso es igualmente válido para las agencias de comunicación, siempre a la sombra de las grandes agencias de publicidad.
Entidades como la Asociación de Directores de Comunicación (Dircom) están desarrollando una gran labor en este sentido, pero el objetivo final sólo lo conseguiremos si cada uno de los profesionales trabajamos de manera constante en la misma dirección, identificándonos de manera inequívoca y reivindicando nuestras responsabilidades. Sólo así podremos crecer en una misma dirección.
Y podré contestar a mi hijo.
Pablo Gómez. Director de la división de Comunicación de Grupo Sörensen