Bueno, pues hemos llegado vivos al fin de semana. Pensaba, con infantil ignorancia, que con lo del “no apoyo”, repito, “no apoyo”Est Maragall era una persona leal a Montilla, y ya ven lo que ha sucedido. Todos estos años sentado en su Conselleria de Eduación sin abrir la boca y ahora que se acaba la legislatura, resulta que “la criatura de Dios” no le ve futuro al Tripartit, o sea al President de la Generalitat. Y es que al hermano listo de la saga de los Maragall le ha pasado lo mismo que a Groucho Marx. Y ahora que pintan bastos se ha dicho a si mismo: “O este hombre está muerto, o a mi se me ha parado el reloj”.Un frase que define la lealtad y la honradez con la que algunos entran en la política, y que hacen de esta hermosa vocación una profesión de saltbanquis últamente muy desprestigiada entre la opinión pública. Menos mal que el domingo catorce promete ser el mejor “Día de los enamorados” de los últos años, preludio wagneriano de un otoño lleno de niños sanos y robustos, que sin duda alegrarán nuestra vejez para que, cuando cumplamos los ochenta y cuatro praveras el Estado benefactor permita que nos jubilemos con una generosa pensión de 540 eurazos, y para que ellos, “la generación del 2010”, puedan seguir cotizando. No me negaran que hoy el artículo me ha salido de un optismo escandaloso.
Manuel Fernando González Iglesias
Editor
www.catalunyapress.cat
www.pressdigital.es