- ‘Cameos’ recientes como el de Patricia Conde en buenAgente, Amparo Baró en Los Quién o la conocida intervención estelar de hace unos meses de Belén Esteban en Aída, han corroborado que en España se apunta más a la autopromoción que a una aparición estelar.
Es normal que muchas cadenas o productoras utilicen a gente de sus diferentes espacios para dar promoción a diferentes programas. Sin embargo, un cameo no sólo consiste en hacer una autopromo salvaje, sino que también es una manera de publicitar ese producto y darle prestigio. En el segundo de los casos, parece que la ficción nacional no está la labor.
Últamente sólo se observan casos de series o programas en los que actúan personajes conocidos de esa misma emisora o en los que se entrevista a alguien con motivo de su nuevo estreno en la misma cadena. Pero ¿no se pierde así la esencia del cameo?
La historia de la televisión en Estados Unidos está llena de grandes cameos, de apariciones estelares que no sólo procionan promoción a esa serie, sino que además le dan prestigio. El espectador quiere lo diferente, lo novedoso, y eso no es exactamente ver al presentador del informativo de la noche en la serie que va a continuación.
Brad Pitt o Julia Roberts en Friends, Christopher Reeve en Smallville, Britney Spears en Cómo conocí a vuestra madre, Matt Damon en El Séquito (Entourage) o Madonna en Will & Grace, son sólo una minúscula muestra de cómo se puede dar publicidad a una serie sin necesidad de desvirtuarlo con una autopromo del mismo canal.
Es evidente que la televisión comercial no es nada sin publicidad, pero un uso abusivo o irresponsable a veces puede ser contraproducente. Actualmente cuesta encontrar un cameo de artistas de referencia, de actores, detistas, músicos o personalidades de prera línea que nada tengan que ver con la cadena y parece que los productores nacionales olvidan que un gran cameo da prestigio a una serie y la diferencia de las demás.
El prestigio no es sólo una etiqueta que da fama y galardones, también da audiencia y crea agen de marca para la cadena y la productora y tanto consigue el objetivo principal: audiencia. Pero parece que cuando los directivos y productores españoles se fijan en la televisión made in USA para adaptarla aquí, se olvidan de que hay cosas universales que no dependen de fronteras o idiomas y que gustan a todos. Esperemos que llegue el día en el que veamos auténticos cameos en vez de spots camuflados.
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