Al profesor Jesús Argente, director del Departamento de Pediatría y Jefe de Servicio de Pediatría y Endocrinología del Hospital Infantil Niño Jesús de Madrid, le cabe el honor de haber sido el autor del prer libro que se publica en el mundo sobre la diabetes insípida, patología de la que no se conoce el número de afectados tanto a nivel nacional como internacional.
La obra, denominada precisamente ‘Diabetes insípida’, se editará en inglés en menos de un mes, con lo que alcanzará una gran difusión tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.
El profesor Argente ha presentado este título en un acto en el que ha repasado los dos tipos de esta patología y los síntomas, así como el tratamiento que necesitan los enfermos.
Se pueden distinguir dos clases de diabetes insípida, una la conocida como ‘Central’, que sobreviene una deficiencia en la secreción de la hormona antidiurética que degenera en una incapacidad parcial o total para concentrar la orina; y otra, denominada ‘Nefrogénica’ o renal, que la padecen quienes experentan una resistencia a la acción de la misma. En ambos casos, el organismo no es capaz de absorber el agua y el sodio que previamente ha ingerido en forma de líquido, con lo que expulsa la orina repetidamente. La persona se queda deshidratada, ha explicado el profesor Argente, y tiene una necesidad periosa de beber más agua para subsanar este estado.
Esos son precisamente los síntomas de esta patología, así como una sensación de cansancio o ‘astenia’ y pérdida de peso. Los enfermos son, de una parte, niños y adultos ‘que presentan tumores cerebrales y cursan como consecuencia de los mismos una diabetes insípida’, ha afirmado el doctor, en tanto que en otras ocasiones afecta a adolescentes que viven ‘pubertades precoces’. Además, se dan situaciones mixtas en las que se produce lo contrario, ‘lo que denominamos síndrome de secreción inadecuada de la ADH’ (siglas en inglés de la hormona antidiurética). En este últo caso, también se acaba desarrollando una diabetes insípida, lo que ha sido calificado como ‘fase trifásica’ el facultativo.
Cabe precisar que esta patología se puede presentar en cualquier momento de la vida, dándose en algunos pacientes desde su naciento debido a la existencia de tumores congénitos y en otros desde la niñez, la adolescencia o la edad adulta. Hay quienes padecen esta enfermedad a lo largo de toda su existencia, pero tampoco faltan los que la viven de manera transitoria.
Puede o no tener cura, pero lo que sí tiene es un tratamiento muy preciso y sencillo de sobrellevar. El paciente sólo tiene que tomar un fármaco llamado ‘Minuin’ que, comercializado la firma noruega Ferring, es de aplicación sublingual. Basta con chupar durante unos minutos este medicamento para que el organismo lo absorba, teniendo que realizar esta operación cada ocho ó 12 horas. Antiguamente, se administró vía intravenosa, pasando después a subcutánea, intranasal y últo a la vía oral mediante la ingestión de compridos. Los enfermos, en muchos casos niños, tienen así una forma fácil de tomar este producto y pueden hacer una vida normal. Si no son crónicos, han de administrárselo durante un máxo de mes y medio. No se han prescrito efectos secundarios, salvo los que se derivan del exceso o la falta de dosis.
El profesor Argente ha afirmado que, pese a que no existe ningún registro de casos ni en nuestro país ni en el resto del mundo, ‘existe la intención de crear uno’ en un futuro. Su obra, en tanto que actualiza los conocientos existentes sobre la materia, supone un paso en esa dirección.
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