Los anestesiólogos, los grandes olvidados de la cirugía

• La Anestesia como especialidad quirúrgica data de la mitad del siglo XX, aproxadamente de los años 40. Quizá esta juventud hace de la anestesiología una rama poco conocida, incluso entre los profesionales médicos;

y del anestesiólogo una figura indispensable en un quirófano, pero invisible a los ojos del Paciente. El Doctor Francisco Martínez, del Hospital 12 de octubre, cuenta a prsalud cómo es su labor más allá de dormir a los Pacientes.

Dr. Crawford Williamson	Dr. William Morton

En marzo de 1842 el doctor Crawford Williamson Long fue el prero en usar anestesia (éter) durante una operación, al administrarla a un niño antes de extirparle un quiste del cuello. Pero fue el odontólogo Horace Wells quién dio la campanada dos años después con el óxido nitroso. En 1946 su ayudante elinó un tumor en el cuello a un Paciente sin que este sintiera dolor. Fue Willian Morton y desde entonces se dedicó exclusivamente a la administración de la anestesia. Nacía así la especialidad y el prer especialista en anestesiología.

Mucho ha llovido y desde el éter hasta los sofisticados fármacos intravenosos de hoy el ‘mágico sueño’ ha pasado el etileno, el tricloroetileno y el ciclopropano, el halotano, el enfluorano y, más adelante, el isofluorano. En la década de los 90 cobró protagonismo el sevofluorano y, más recientemente, el desfluorano.

Lo que siempre se buscó fue un medio de elinar el dolor, umbral para el que todavía no existe una tabla, una gráfica, una escala como la de Richter o splemente unos grados como los de Farenheit. Para lograr este objetivo la anestesiología ha tenido que experentar diferentes formas de llevar al individuo a un coma farmacológico reversible.

Hoy son cuatro los tipos de anestésicos que dejan al Paciente hipnotizado, sin dolor, inmóvil y amnésico (éste últo para evitar el estrés postraumático que podría producir ser consciente de la operación). Con todos ellos los anestesistas acompañan al Pacientes desde incluso antes de entrar en quirófano, siendo el ‘sueño’ el menor de sus preocupaciones.

La mayoría de las personas que pasan cada año una intervención quirúrgica probablemente no lleguen a conocer a su anestesiólogo, a pesar de que su trabajo resultó de vital tancia para su seguridad y el buen desarrollo de la intervención. Desde proteger y regular sus funciones vitales, de manera que esta le ocasione las menores alteraciones posibles, hasta la recuperación inmediatamente posterior a la intervención quirúrgica. Estos especialistas son, de hecho, quienes se encargan del cuidado médico del Paciente a lo largo de todo su proceso quirúrgico, así como de diagnosticar y tratar cualquier problema o incidente médico.

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