La nueva dirección en RNE ha cambiado a los presentadores de sus programas más emblemáticos. Una restructuración peligrosa desde el punto de vista de las audiencias justo en momentos en que la cadena lograba sus mejores datos del EGM en cinco años. La lógica indica que su audiencia debería caer drásticamente lo que generaría un nuevo panorama radiofónico a partir de este nuevo curso.
El 13 de julio se hacía oficial la salida de RNE de Juan Ramón Lucas, Toni Garrido y Pepa Fernández, tres de los rostros más emblemáticos de la emisora pública de los últos cinco años. Los tres marcaron récords de audiencias para la cadena en el últo EGM con 1,9 millones de oyentes de media diaria. Individualmente Juan Ramón Lucas lograba consolidarse en los 1,4 millones de oyentes y Toni Garrido en los 400.000.
No obstante, e independientemente de los buenos resultados, RNE cambiaba de una vez a los pilares de su programación: Juan Ramón Lucas en las mañanas, Toni Garrido en las tardes y Pepa Fernández los fines de semana. En el mundo de la radio si modificas la programación bruscamente se puede generar un desajuste tante de oyentes. Esta máxa cobra mucha más fuerza en el caso de RNE donde precisamente el equipo que fue sustituido venía presentando una ascendente curva de creciento de audiencias.
Si a esto le sumamos el componente político y la sensación que quedó en el sector de que los profesionales que se marchaban eran cesados su identificación con sectores más progresistas, estamos ante un posible ‘efecto rechazo’ de muchos de quienes les escuchaban. No dudamos de la profesionalidad de Manolo Hernández Hurtado quien ahora será la voz de las mañanas de la radio pública, y de Yolanda Flores que aumirá en las tardes, pero es una realidad que el efecto fuga de oyentes se puede hacer patente en la nueva RNE.
En este contexto, el resto de las emisoras se encuentran a la expectativa para ‘pescar’ en este nuevo escenario radiofónico. Los más interesados los oyentes de Juan Ramón Lucas son los programas d e la mañana, donde la batalla cada oyente es feroz. Si nos circunscribos a afinidad ideológica, La Ser podría ser la más beneficiada, aunque en ABC Punto Radio creen que podrían ganar algunos enteros. En cuando a audiencias generales, en la COPE también sacan cuentas alegres que –de producirse la pérdida de oyentes de la emisora pública podrían comenzar a remontar y acercarse al tercer lugar que ostenta RNE.
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