En la Tierra a sábado, noviembre 23, 2024

José Manuel Vargas se aferra a AENA para, tras su privatización, afianzar su retribución personal

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El presidente de AENA, y quien fuera consejero delegado de Vocento, José Manuel Vargas, no está dispuesto a salir de la entidad pública sin recibir las contraprestaciones adecuadas. En pleno ERE del controlador aéreo español fichaba a su segunda en Vocento, Beatriz Puente, como directora financiera de AENA. Ahora, el gestor que lo hiciera antes en su periodo en Vocento, ya habría acabado con la criba en AENA y tendría los ojos puestos en su privatización para alzarse como nuevo presidente de la compañía después de su venta.

En su paso Vocento parece que los números sí cuadraban a José Manuel Vargas cuando abandonaba dicha empresa, después de cobrar tres millones de euros anuales, y con una cifra silar bajo del brazo, al ser despedido. Los servicios prestados desde Vocento al Ejecutivo le llevaron a la presidencia de AENA pero, según parece, la deuda ya se consideraría saldada y su posición estaría en entredicho.

 

La ministra de Fomento, Ana Pastor, y el propio Gobierno, ya no le mirarían con tan buenos ojos. A eso habría que unir el interés de un conocido empresario conceder la presidencia de AENA a una persona de su confianza. Estas dos posturas, que Vargas ha calificado de opuestas entre sí, en realidad van en paralelo para pedir su salida del controlador aéreo español.

 

Una buena solución para José Manuel Vargas sería pilotar la privatización de AENA quedándose luego en la presidencia el tiempo suficiente para labrarse, tras el enorme servicio público realizado como intermediario con los bancos de negocios, con un plan de retribuciones millonarias, una salida posterior, si fuera necesario, todo lo digna posible vía bonus y la correspondiente compensación en acciones.

 

En la actualidad José Manuel Vargas se enfrenta a la problemática de irse, coloquialmente hablando, ‘con lo puesto’. Las indemnizaciones en la empresa pública, donde pra la labor de servicio público, no se acercan en absoluto a las de la empresa privada, los altos cargos, llamados de confianza, se despiden con un ‘gracias y hasta pronto’.

 

Seguiremos Informando…

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