Hace unos meses prnoticias se hacía eco del cambio de estrategia de Ryanair. Una táctica por la que la compañía aérea se volvía más ‘simpática’, después de que su mala reputación hubiera influido negativamente en la facturación de su negocio: a principios de año se daba a conocer que Ryanair había perdido 35 millones de euros durante el tercer trimestre del último año fiscal, un hecho que muchos achacaban a las decisiones y actuaciones impopulares del presidente de la empresa, Michael O’Leary. Polémica, sexismo y decisiones muy criticadas, como la de no embarcar a un niño que iba a ser trasplantado, eran habituales en el día a día de la aerolínea irlandesa, que tras conocer que esta práctica no era rentable decidió dar una vuelta de tuerca a su Comunicación.
La compañía ha experimentado un cambio radical con el paso de los meses, centrado en una estrategia que alaba sus innovaciones, se preocupa por sus clientes y que ofrece una imagen de seriedad que hasta entonces no existía. Y parece que ha culminado con buenas noticias: las acciones de la aerolínea han alcanzado esta semana un máximo histórico, al lograr 14,66 euros por cada título. Un hecho que beneficia también al propio O’Leary, que cuenta con un 3,8% de participación en Ryanair, por lo que su fortuna ha crecido un 26% (unos 500 millones de dólares) desde que parece tomarse en serio su cargo y a sus clientes este 2015. No en vano, ya alcanza los 1.300 millones de dólares (unos 1.200 millones de euros).
La reputación de Ryanair ha crecido desde que Michael O’Leary descubrió que ser simpático puede ser rentable, su imagen ha mejorado y ahora los clientes confían más en la aerolínea, cuyo valor se ha doblado respecto al que tenía a principios de 2014. Atrás quedaron esos días en los que el presidente de la compañía aérea se reía de sus propios clientes, a los que hasta llegó a llamar estúpidos; o de los ecologistas, a los que denominaba ‘pajilleros mentirosos’; en los que era una especie de José María Ruiz Mateos irlandés llegando a las ruedas de prensa en un Batmóvil vestido de Robin o en los que artacaban a quienes defendían el recorte de emisiones de dióxido de carbono. ¿Son las compañías ‘simpáticas’ más rentables? Viendo el caso de Ryanair, la respuesta es clara.