Esta semana se cumplían seis meses del multihomicidio donde perdió la vida el fotorreportero mexicano Rubén Espinosa. La preocupación por la impunidad que rodea el crimen se agudiza por los casos de otros dos periodistas asesinados: Reinel Martínez Cerqueda y Marcos Hernández Bautista, ambos en el estado de Oaxaca (al sur del país). Organizaciones internacionales como la UNESCO, Reporteros sin Fronteras (RSF), Freedom House, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y Artículo 19 no cesan de clamar justicia. Exigen que el gobierno encuentre y condene a los culpables, pero también que pongan fin a las negativas estadísticas que rodean el ejercicio periodístico mexicano.
“La Procuraduría General de Justicia local (PGJDF) se ha caracterizado por su desdén hacia las víctimas, reflejado en la falta de voluntad para continuar de manera diligente y exhaustiva con las investigaciones (…) Hasta el día de hoy, seguimos sin conocer el móvil [de la muerte de Espinosa]. Mucho menos se ha querido confirmar o descartar, a partir de pruebas consistentes, la coautoría y participación de más personas en los hechos”, denuncia Artículo 19.
Para la ONG, lo más preocupante es que este caso refleja el mal funcionamiento de un sistema de justicia que contribuye con la impunidad. “Desafortunadamente, el caso Narvarte es síntoma de una enfermedad más grande que afecta la calidad de las investigaciones; es parte de una crisis en materia de procuración de justicia en la Ciudad que requiere ser atendida de manera urgente. A seis meses del multihomicidio la única certeza es que la Ciudad de México ha dejado de ser un lugar seguro para periodistas y personas defensoras de derechos humanos en el país”.
Dos asesinatos de periodistas en dos días
En Oaxaca, el reportero Marcos Hernández Bautista, de 38 años, fue asesinado de un disparo en la cabeza cuando abordaba su automóvil en el municipio San Andrés Huaxpaltepec. Hernández era corresponsal del periódico local Noticias Voz e Imagen y colaborador en varias emisoras de radio. Al otro dia, el periodista y locutor Reinel Martínez Cerqueda, de 43 años, fue ultimado a balazos en la ciudad de Santiago Laollaga. Martínez trabajaba en diversos programas de El Manantial, una radio comunitaria de la ciudad.
Familiares y colegas aseguran que las muertes se deben a sus actividades periodísticas. Hernández, por ejemplo, le había dicho a director editorial que temía por su vida, ya que “en algunas publicaciones había tocado intereses políticos y de cacicazgos en la región”. Aunque las autoridades investigan los casos, todavía no tienen ninguna pista sobre los responsables.
“El nivel de violencia para los periodistas en México se incrementa de manera preocupante por lo que esperamos que este caso no forme parte de la impunidad general y crónica que prevalece en el país y que en el caso de los periodistas es cercana al 90%”, expuso Mariclaire Acosta, directora de Freedom House en México. Mientras que Irina Bokova, Directora General de la UNESCO y Claudio Paolillo, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, pidieron a las autoridades que realicen su papel. “Su deber es investigar con prontitud y sancionar con severidad los asesinatos contra periodistas para evitar la impunidad de este grave delito”, declaró Paolillo. Y Bokova agregó: que esto es “vital para garantizar un ambiente de trabajo libre y seguro a la prensa, cuyo papel es esencial para la libertad de expresión”.
La mezcla: violencia/corrupción/impunidad hace de México un país catastrófico para la práctica del periodismo”, manifestó Emmanuel Colombié, responsable del Despacho Américas de RSF.
Las estadísticas
Cada 24 horas un periodista es agredido en México, asegura Artículo 19. En los últimos 15 años, 88 han sido asesinados y 16 continúan en la lista de desaparecidos. El estado de Oaxaca es, junto con su vecino Veracruz, el más violento y peligroso para la práctica del periodismo. De acuerdo con RSF, el país ocupa el puesto 148, entre 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa y Freedom House lo calificó como una nación Parcialmente Libre en el índice de Libertad en el Mundo 2016, No-Libre en el de Libertad de Prensa 2015 y Parcialmente Libre en Libertad en Internet 2015.
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