En la Tierra a sábado, noviembre 23, 2024

Cómo proteger los ojos de los más pequeños en verano también bajo el agua

Si bien poco a poco el uso de gafas de sol en los más pequeños de la casa ya no es considerado un elemento de moda sino de protección, aún es necesario concienciar sobre otros hábitos saludables y seguros para que los niños disfruten de su verano bajo el sol, incluso dentro del agua. La institución médica madrileña referente en oftalmología, Clínica Rementería, comparte cinco motivos por los que las gafas de bucear sirven más que para los juegos de agua:  

  • También bajo el agua llega el sol: Aún sumergidos bajo el agua, a 50 cm de la superficie, los rayos de sol son igual de intensos. Si empleamos cremas solares resistentes al agua para que la piel de los más pequeños esté bien protegida, unas gafas de bucear cumplirán su función protectora de las radiaciones que se reciben también pese a estar sumergidos.
  • No es agua todo lo que ves: Ya sea en el mar, en ríos, pantanos o piscinas, en el agua conviven tanto gérmenes y bacterias, que pueden ser dañinos para la salud ocular, como elementos químicos que pueden afectar al ojo: cloro, sal, restos de repelente anti mosquitos o de crema solar. Unas gafas de bucear nos asegurarán que están protegidos desde el primer chapuzón. “Unas buenas gafas para el agua les protegerán en sus baños ya que el cloro resulta extremadamente irritante, puede provocar queratitis y conjuntivitis irritativa, por lo que el uso de este tipo de gafas es muy recomendable. Pero no sólo en la piscina, también se recomienda su uso en ríos, playas o pantanos”, advierte el Dr. Javier Hurtado, Director Médico de Clínica Rementería y responsable del área de Oftalmología Pediátrica.
  • Protección UV, anti empañado y calidad: Tan importante como comprobar en el etiquetado que las gafas cuentan con sistema de protección UV, es que tengan un sistema anti empañado. De esta forma evitaremos que cada poco tiempo los niños se tengan que quitar y poner las gafas para limpiarlas permitiendo que entre agua o que terminen por no usarlas. Otras tres claves para asegurarnos de que son un producto de calidad es que tengan el sello CE y la referencia ISO así como el hecho de adquirirlas en un establecimiento de confianza.
  • Protegerles de la sequedad: Curiosamente el agua puede provocar que se resequen las mucosas y se desarrolle síntomas de ojo seco por lo que la solución más cómoda pasa por el uso de estas gafas de buceo. En caso de ser necesario, se recomienda recurrir a lágrimas artificiales para refrescar y calmar el ojo seco.

“La exposición ultravioleta es acumulativa a lo largo de la vida y por eso es importante que tengamos en cuenta que los pequeños menores de 3 años no deben exponerse al sol. Es importante tratar de evitar la fotoexposición con todos los elementos a nuestro alcance: protector solar, gorra, sombrilla… Si se quejan de dolor en el ojo, molestias o manchas en sus párpados debemos acudir al oftalmólogo”, concluye el Dr. Hurtado, de Clínica Rementería.

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