El Consejo de Administración de Prisa ha aprobado por unaninimidad este martes la emisión de bonos convertibles. El objetivo es que estos se conviertan obligatoriamente en acciones del grupo para intentar reducir una deuda financiera que asciende a 915 millones de euros.
Dada su incapacidad para aliviar sus cuentas, Prisa recurre a esta maniobra tras haber perdido la mitad de su valor en apenas medio año. Y lo hace, además, después de haber sufrido una de sus peores semanas, pues el valor de sus títulos ha caído un 9,2%, situándose por debajo de los 30 céntimos.
“La finalidad de la oferta será obtener los fondos necesarios para cancelar parcialmente y de forma anticipada el tramo junior de la deuda financiera sindicada del Grupo Prisa, que se encuentra referenciado a Euribor+8%, reduciendo el coste financiero asociado a la misma”, explica Prisa en un comunicado.
El grupo presidido por Joseph Oughourlian ha confirmado la operación en una nota remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), donde explica que esta oferta pública de suscripción garantizará el derecho preferente de compra a los actuales accionistas.
En este sentido, cabe esperar que las obligaciones convertibles devengarán un tipo de interés fijo anual de, aproximadamente, el 1% hasta su conversión, siendo obligatoria, como máximo, en la fecha de vencimiento final que se determine, que se estima que sea en cinco años. Asimismo, se espera que el precio de la conversión de las obligaciones convertibles incluya una prima sobre el valor de cotización anual.
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