En la Tierra a viernes, 19 abril, 2024

Petetekin: Twitter, aventuras… ¡Y fabulosas sumas de dinero!

2011 vio nacer a @PeteteKin… ¿Qué te llevó a comenzar tu aventura en Twitter?

Me animaron las ganas de vivir aventuras, conquistar la fama, amasar fabulosas sumas de dinero y poder volver un día a casa a demostrarle a mi padre que se había equivocado conmigo. También, y sólo un poco, por moda pues 2010 y 2011 fueron los felices años veinte en Twitter. Luego, ya todo se llenó de gente, se construyó incontroladamente en primera línea de costa y, claro, perdió su encanto.

5 años y más de 76.000 seguidores… ¿Qué crees que les atrae de ese ‘Libro Gordo’ que les ofreces?

Parte de mi innegable éxito se debe al uso de un lenguaje articulado comprensible por los seres humanos, para qué negarlo. Si a ello le sumamos mi magistral interpretación de una atractiva tuitera que simula ser un tipo con barba y que fuma en pipa surge, de forma natural, la fórmula del éxito y el reconocimiento inmediatos. Ah, y la fantasía; no siempre es fácil de ver, pero está ahí.

¿Eres más de humor, de política o haces un ‘mix’ de todo lo que pasa por tu cabeza?

En mi Timeline hay algo de humor, un poco de política y mucha revelación y conocimiento infuso. Pero no están los tiempos maduros para recibir a un mesías, de modo que intento contenerme y limitarme a comentar lo que sucede a diario, o bien lo que se me ocurre. Y todo ello parece no obedecer a ninguna regla conocida.

¿Qué fue del libro de Moby Dick? ¿Terminaste sus más de 800 páginas o cediste antes de terminarlo?

Lo terminé de leer, desde luego, y me gustó mucho. En mi biografía me defino como exlector de Moby Dick, porque acabé de leerlo y, claro, ya no lo sigo leyendo. Eso sería absurdo. Leería páginas inexistentes, pasando aire con el índice mojado en saliva.

Además de en Twitter… ¿Eres activo en otras redes sociales?

Pues la verdad es que no. Lo mío me cuesta no estar todo el tiempo del mundo metido en Twitter. Solo faltaría que me metiese en otras redes. Soy un yonqui terminal de todo lo que pruebo, y mi única defensa es no iniciarme en nada, cosa que tiene interesantes efectos secundarios sobre mi pereza innata.

Además, cuentas con un blog… ¿Te queda tiempo libre para ti?

El blog lo inicié en un momento en el que me apetecía contar con algo más de espacio para soltar sandeces de tamaño extragrande que no me cabían en unos pocos tuits. Más tarde tuve la suerte de que la buena gente de @liopardo reparase en lo lastimero de mi situación y me ofrecieran cobijo, comida caliente, ropa y la oportunidad de escribir para ellos. Desde entonces casi no escribo en mi blog. Que se fastidie: me paga mucho menos.

Como decías, el blog te sirve para sobrepasar el límite de los 140 caracteres con tus sandeces…

El blog empezó como un espacio para salir de los 140 caracteres, desde luego. A partir de ahí, pasó a ser la propia herramienta la que me sugería cosas que podía escribir para alimentarlo. Es como cuando tienes un martillo y, de pronto, se te ocurren mil cosas que hacer con él: partir leña, tunear tu coche (e incluso el de desconocidos), llamar a los interfonos a martillazos, agitarlo gritando obscenidades sobre Loki las noches de luna llena…

¿Sueles pensar mucho lo que escribes o das rienda suelta a tu espontaneidad?

No pienso en absoluto lo que escribo. Cualquier proceso mental podría dar al traste con mi delicada capacidad de emitir mensajes confusos e insubstanciales. Si lo pensara, creo que no escribiría nada. De hecho, creo que, si lo pensara, ni siquiera me relacionaría en absoluto con otros seres humanos. Sería un ermitaño que emitiría gruñidos a todo aquello que se moviese en los alrededores, aunque fuera mucho más grande que yo.

¿Has pasado por ese momento en el que, gracias a un tuit, te lluevan críticas de forma salvaje?

De forma salvaje, muy pocas veces, la verdad, y generalmente debido a lecturas sin ningún tipo de contexto o conocimiento de lo que suelo escribir. Alguna vez me ha ocurrido que he detectado reacciones violentas a algún tuit que, la verdad sea dicha, no me había quedado lo bastante claro. En esos casos suelo borrar el tuit. La gente no entra en Twitter para recibir detalladas explicaciones de lo que no entiende. La frase que más me horroriza leer es: “¿Qué has querido decir con eso?” Suele significar: “Responde lo que quieras, porque tengo preparado un ejército de cien mil bárbaros vociferantes que caerán sobre tu casa, quemarán tus tierras, violarán a toda tu familia (no les importa edad ni sexo) y borrarán tu nombre de todas las estelas y obeliscos de la ciudad”.

¿Te ponen cara fuera de Twitter o eres anónimo hasta la muerte?

Conozco personalmente a algunas personas que he tenido la suerte de conocer a partir de Twitter. No soy anónimo a ultranza. Simplemente, ya he visto a demasiada gente, me resulta muy difícil recordar sus nombres, caras y apariencias corporales, y no quiero conocer a muchas más. Es por mi cerebro, que es inusualmente pequeño pero, eso sí, tremendamente denso.

¿Qué es de @petetekin cuando no está frente al ordenador, enganchado a Twitter?

Pues es un ciudadano que no entiende la mayor parte de cosas que suceden a su alrededor. Ello me procura una gran paz interior, porque, como decía, no entiendo nada y mis reacciones tienden a ser confusas e inopinadas.

Por cierto… Y a raíz de todas las informaciones… ¿Crees que Twitter morirá pronto o pasa por una mala racha?

Creo que no es una mala racha, es algo más profundo. Hemos pasado los años de alocada actividad, de ‘far west’, donde todo parecía posible, y poco a poco van ganando terreno los amantes del orden, los responsables, los que quieren hacer algo útil en la vida. Acabarán descubriendo que su propio tedio les está hundiendo sin remisión, pero ya será tarde y todos los que nos lo pasamos bien en Twitter nos lo estaremos pasando bien en otros sitios, en su mayor parte asilos.

¿Le queda mucha vida a @petetekin o has pensado alguna vez en abandonar?

Creo que aún le queda bastante cuerda. No doy mucha importancia a lo que escribo, me basta con que a alguien le parezca más o menos divertido u ocurrente y mientras eso pase seguiré haciendo lo mismo. Y cuando ya nadie se ría, volveré a mis orígenes, que eran perseguir a mis familiares para contarles mi última ocurrencia. La familia es muy importante.

Seguiremos Informando…

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