En la Tierra a jueves, 28 marzo, 2024

Clausman: “Mis primeros tuits no los entendía ni el del medio de Los Chichos”

Existe un tuitero, residente en Greyman (tapadera para sus montajes audiovisuales y demás producciones ‘frikis’, eso sí, de calidad) que, tras muchos insistir, ha decidido abandonar por unos minutos sus 140 caracteres para responder las preguntas de prnoticias.com. ¿De quien hablamos? Con todos ustedes… ¡@cl4usman!

¿Cómo te adentraste, en 2011, en esto de Twitter?

Fue relativamente tarde, la verdad. En una de mis típicas decisiones visionarias. En 2009 me metí en MySpace porque estaba claro que Twitter, con la limitación de 140 caracteres, era una red destinada a compartir cosas como “estoy comiendo”, “ya en casa” o “aquí, sufriendo”. Dos años más tarde, tuve que meterme esta decisión ‘por donde tienen la fecha de caducidad las patatas Pringles’. Sobre todo después de que un amigo me hablara del hashtag #acampadaLoewe, que fue cuando vi las verdaderas posibilidades de Twitter.

Desde entonces han sido más de 22.000 lo fieles que se han ido sumando a tu causa…

Sí, cada vez es más complicado darles un beso a todos antes de ir a la cama…

Dices traer “Tuits con ese estilo que tanto abunda”…¿Un ingrediente secreto como la fórmula de la Coca Cola?

Realmente, y si te digo la verdad, no soy consciente de mi estilo. Hago tuits de lo primero que se me pasa por la cabeza. Algunas veces está relacionado con la actualidad, otros con la anécdota del día… Pero reconozco que casi siempre ando muy a mi bola por Twitter… ¡A ver qué demonios sale!

Tu timeline es una mezcla de humor y de crítica… ¿Qué vino antes el huevo o la galllina?

A Twitter se llega con chistes malos y obvios. Luego, vas encontrando tu estilo y conociendo la dinámica de la red. Tras esto, es muy posible que sigas haciendo chistes malos, pero al menos en el contexto que te da la actualidad. En mi caso, me gusta el humor que pueda construir situaciones inverosímiles o, también, el que deje cierto mensaje crítico de fondo: despiste, egoísmo, frivolidad… Ahí es cuando la gente se siente identificada con la situación, e incluso, es capaz de visualizarla. Y si tiene que ver además con la actualidad, pues mejor que mejor. Pero, ni qué decir que tampoco renuncio al humor absurdo, al humor negro o al primer juego de palabras ramplón que vea pasar por delante… ¡No veas lo que la gente responde con un ‘por favor’ o ‘a la hoguera con él’!

Hay quien dice que tus tuits son complicados… ¿Estás de acuerdo o eres un tipo, por el contrario, blando?

Como te decía, mis primeros tuits no los entendía ni el del medio de Los Chichos (hablando claro). De hecho, una compañera de trabajo, que me seguía por Twitter, se pasaba por mi mesa con cara de preocupación a preguntarme por mis hábitos de sueño y si necesitaba unas vacaciones. Hoy, afortunadamente, ya no me pasa eso, principalmente porque he cambiado de trabajo. Por eso, siempre digo que no me pregunten por el significado de mis tuits, que es cosa/culpa mía. Soy un mono – aprendiz de mecanógrafo.

Llama la atención que tengas un espacio sobre Venezuela… En el que no hablas de ella… ¿Eso cómo se come?

Cierto. Es mi tuit fijado en mi perfil. El tema de Venezuela, en el 90% de los casos, es carne de ‘cuñadismo’ extremo. Me pareció que lo más congruente para hablar de Venezuela era precisamente no hablar nada de ella. Pero en realidad, y me sincero en exclusiva en prnoticias.com, hice esta referencia porque es el cebo perfecto para que la gente abra el enlace que pongo en el tuit. ¡Soy malvado!

¿Has estado allí alguna vez?

No, nunca he estado. Ciertamente, todo lo que sé, ha sido a raíz del “por qué no te callas” del campechano ‘Juancar’ y de todo lo que se ha escrito a raíz del ascenso de Podemos. Es un tema que, personalmente, veo muy hueco y que cansa bastante. De hecho, no le veo mucha relevancia si miramos el panorama con el que desayunamos todos los días al ver la noticias que están ocurriendo en España.

Lo que sí nos alegramos es que el documental Garbanzos con azúcar haya sido premiado en el Festival de Málaga… ¿Cuál es tu papel en él?

Mi relación con el cortometraje es profesional y, aunque parezca surrealista, fui productor ejecutivo. Soy socio y trabajo en Greyman Studios, que participó en la coproducción de la pieza y que aportó además la conversión a 3D de fotografías de la Guerra Civil e ilustraciones para dramatizar ciertas secuencias. Quien me siga desde hace tiempo, sabrá que de vez en cuando meto mis ‘cuñas publicitarias’ o autobombo sobre mi participación en producciones y películas, en las que trabajo normalmente como montador.

¿Cuál es esa hora en la que solo hay hembras jóvenes?

Todo vino a colación del “gran tuitero” que es Miguel Ángel Rodríguez, exportavoz del gobierno de Aznar, y su comentario machista sobre Inés Arrimadas. Cada vez que “MAR” abre la boca nos da para miles de tuits de pura risa, porque es lo que creo que merecen sus “reflexiones kantianas”.

¿Tienes un proceso creativo a la hora de hacer los tuits o prefieres ser espontáneo y que pase lo que sea?

El mejor método para que se te ocurran tuits es recoger la cocina. Vamos, hacer algo que no te guste o te aburra porque es ahí, por lo menos a mí, cuando tu cabeza se evade y empieza a pensar en cualquier cosa. En mi caso, pillo una frase o una situación, la llevo al límite, la retuerzo e intento dejar un giro o sorpresa para la última línea. Normalmente salen cosas muy locas y me mandan a picar piedra mis seguidores. Yo, por mi parte, no me escondo. Pero, oye, a veces tengo alguna idea que… ¡Nah! Tampoco.

¿La mayor colleja que te hayan dado por un comentario?

Colleja, o follón con los célebres límites del humor: una vez puse un chiste sobre una persona famosa, sin motivo, simplemente porque se me pasó por la cabeza, muy a mi rollo. Resultó que, casualmente, estaba gravemente afectada por una enfermedad degenerativa y mucha gente se me echó encima llamándome de todo. Ahí, y aplicando lo aprendido sobre el ‘efecto Streisand’, procuré no hacer ningún tipo de comentario, respuesta o justificación para que todo pasara lo más rápido posible. Tampoco el chiste era para tanto ni podía asociarse a dicha enfermedad, la verdad, y ni mucho menos creo -ya a nivel general- que la trascendencia de un tuit pueda ser tanta. Pero, créeme: ese día apunté bien claro en mi cuaderno: Hacer chistes de esta persona: mal.

¿Por qué Clausman?

El origen es de lo más tonto: mis padres que, aunque lo parezca, no eran fans de las telenovelas sudamericanas, me pusieron Claudio Manuel. Juntando y apretando letras sale Clausman, que tenía mucho empaque y quedaba original. Bueno, no tanto, porque @clausman ya estaba pillado en Twitter y tuve que pillarme la variante ‘leet’ con un 4 en medio: @cl4usman.

¿Un tuitero al que seguirías con los ojos cerrados?

Me considero un humilde alumno de @JaimeRubio que, aunque últimamente ya no tuitee mucho porque anda en otras lides profesionales, cuenta con un estilo absurdo y fresco y una manera de transmitir la imagen de sí mismo que me ha influido muchísimo.

¿Recuerdas tu primer tuit?

Quitando las típicas menciones a las movidas del 15M, mi primera ocurrencia fue el 1 de julio de 2012, cuando dije que Isabel Preysler diría lo mismo de uno de sus hijos, que es uno de Julio.

¿Has pensado alguna vez en dejar de ser tuitero para convertirte en literato?

Bueno, eso de escribir un libro me parece que está muy lejos de mi alcance actualmente. Personalmente he tenido algunas chispas de escribir guiones para películas que me monto en mi cabeza y alguna historia corta que tengo anotada por alguna servilleta. Una vez colaboré con otro tuitero, @sketchproduce, a raíz de una idea genial suya para una serie de animación llamada Zombrains. Era brutal y me encantó, pero ya sabemos que la producción audiovisual es algo muy ambicioso y difícil de financiar, y la cosa anda un poco chunga en España.

Pero, aviso, cuando me pongo con guiones, no tengo para nada el estilo que se puede esperar si lees mi línea en Twitter… es muy diferente. Imaginando, a solas me pongo muy fantasioso y aventurero y, a veces, hasta grave. Puede ser porque creo que escribir comedia para un largometraje es lo más complicado del mundo. De todas maneras, mientras sale algo, tengo mi blog en www.clausman.net donde recopilo ocurrencias y algunas referencias a tuits míos que van saliendo en los medios.

Clausman no sólo es Twitter… ¿Cuál es tu vida detrás de la Red Social?

Mi vida es cine y producción audiovisual, como he comentado antes, pero, sobre todo, soy el papá de dos niñas y el marido de una mujer que aguantan estoicamente mis locuras y mis ‘hoy llegaré un poco tarde’.

Si desaparece Twitter… ¿Qué será de ti?

No es alocado pensar eso, si vemos las movidas que tiene últimamente en Bolsa (risas). En mi caso, creo que perdería la ventana con la que charlar con mucha gente que he tenido el placer de conocer todos estos años. Dejaría de tener ese escape para mis paridas del que dispongo ahora y estas deberían de quedarse dentro de mi cabeza, con efectos impredecibles (lo mismo yo implosionaría en una lluvia de filetes, qué sé yo).

Seguiremos Informando…

 

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