En la Tierra a miércoles, 24 abril, 2024

No muestras tu mejor versión… ¡Y lo sabes!

¿Vivimos nuestra mejor versión? No siempre es así. Rebobinamos para entenderlo mejor. Desde el coaching insistimos, por un lado, en vivir el aquí y el ahora y, por otro, hacerlo siempre partiendo de lo que tenemos y del lugar en el que estamos. Además, hemos de reconocer aquellas cosas que podemos hacer para mejorar nuestra calidad de vida y alcanzar nuestros objetivos o sueños, siendo muy conscientes, en todos los casos, de que lo importante es el presente, aunque a veces sea necesario trabajar algunos aspectos de nuestro pasado. Para ello, hemos de entender que nuestro cerebro funciona de forma similar a un ordenador. Le podemos programar y desprogramar, trabajar con las emociones, sentimientos y patrones de pensamiento unidos a nuestros recuerdos.

Cuando operamos con ellos, en el momento en el que entendemos nuestra manera de pensar, nuestro mapa mental, y también el de los demás, podemos llegar a comunicarnos de manera mucho más efectiva, a ser más empáticos, comprendernos mejor a nosotros mismos, a los otros y, lo que es más importante: mejora nuestro bienestar y calidad de vida. Y es que podemos cambiar esos “programas” de manera que nos permitan superar aquellas limitaciones que nos impiden cumplir nuestro propósito en la vida y ser quienes realmente queremos ser.

El poder de obtener la mejor versión de uno mismo, está dentro de la propia persona y esa es la gran noticia. Tenemos todo lo necesario para poder cambiar aquello que deseemos. No hay más límites que los que nos pongamos a nosotros mismos. Los “fracasos” que cometemos empezamos a verlos como aprendizajes y la culpa que sentimos a veces por nuestros errores la cambiamos por sentido de responsabilidad, ya que la culpa no lleva a nada positivo. En esto es interesante ver cómo, en ocasiones, para no responsabilizarnos de nuestras acciones, lo que hacemos es echar la culpa a otros, lo que supone un gran error ya que de esta manera cedemos el poder a esas personas y nos boicotearnos a nosotros mismos. Mientras pensemos que los demás son los culpables de todo, lo único que lograremos es “discapacitarnos” para el cambio. Por otro lado, si nos culpabilizamos a nosotros mismos, nos metemos en una espiral destructiva y paralizante. Por ello insisto en borrar la palabra culpa de nuestro diccionario, y cambiarla por responsabilidad. Seamos responsables, no culpables. Por ello os propongo y me propongo un viaje en el que seamos capaces de cambiar, no nuestro entorno necesariamente, sino nuestra manera de pensar para ser capaces de vivir el aquí y el ahora como nos merecemos.

Seguiremos Informando…

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