En la Tierra a jueves, 18 abril, 2024

El trío perfecto

Hoy vamos a hablar de tríos, pero no de unos cualquiera, sino del trío que es la fórmula que compone a todo ser humano. Un trío que se relaciona magistralmente y que interactúa el uno con el otro, alternándose ellos, aportando cada cual su parte. ¿Pero cuáles son estos tres elementos del trío?: Espíritu, alma y cuerpo.

Cuando descubrimos estos tres elementos, les prestamos atención y los integramos de manera natural en nuestra vida cotidiana, logramos armonía interior, mejoramos las relaciones con los demás y con el entorno. Te propongo sustituir el término cuerpo por sexo para poner el foco en la sexualidad como parte esencial del ser, entendiendo que el sexo habita en el cuerpo pero va mucho más allá de él y convive perfectamente con los otros dos ingredientes. Cuando este trío armoniza, crea un equilibrio de bienestar, salud, felicidad y paz en la persona y sus relaciones.
Pero vayamos por partes y analicemos cada uno de ellos:

  1. Espíritu: Nos conecta con lo transpersonal, con lo divino, con aquello que no podemos explicar pero que sentimos. La energía, la espiritualidad, la confianza, lo que llegamos a ver y sentir con los sentidos del alma, no con los físicos. En él, hallamos el vehículo para comunicarnos con nuestro ser superior. Igualmente es donde se cimentan los principios, los valores y dones que diseñan nuestro carácter, nuestra visión, misión y nos llevan a vivir una vida con propósito.
  2. Alma: En ella encontramos los pensamientos, las emociones y la voluntad. Nuestros pensamientos nos llevan a sentir de una manera determinada, y nuestros sentimientos tienen un efecto directo sobre nuestras acciones y sobre nuestro cuerpo. Por ello el mundo de las emociones, los pensamientos y la manera en la que las gestionamos son una parte clave en nuestro bienestar personal y en el de nuestras relaciones.
  3. Sexo: Se ejerce, requiere exploración y descubrimiento. Es un componente que nos mueve hacia la búsqueda del placer y bienestar y es una necesidad básica. También es una manera de comunicarnos con nosotros mismos y con los demás. Es una energía que implica cada poro de nuestra piel, más allá de la genitalidad; incluye todo el cuerpo, porque todo él tiene receptores nerviosos que nos aportan sensaciones.

El placer no sólo está en dos o tres partes del cuerpo, el placer habita en el cuerpo completo, en el alma y en el espíritu. Muchas veces nos perdemos gran parte de los beneficios del equilibrio del trío al coger un avión en nuestras relaciones sexuales para llegar directamente al orgasmo y a la eyaculación, en vez de elegir el tren como ‘medio de transporte’, donde podemos ser conscientes y disfrutar de todo el recorrido, el paisaje, las sensaciones, el camino…

Seguiremos Informando…

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