En la Tierra a martes, 16 abril, 2024

Miguel Ángel de la Cámara (Radiología): “Pese a lo que vemos en titulares, las dosis de radiación no son el gran problema”

 

Titulares que alertan sobre el abuso injustificado de escáneres y tecnología radiológica en el sistema sanitario, que hacen hincapié en los peligros a los que se exponen los pacientes debido a la radiación ionizante de estas pruebas o que se hacen eco de testimonios de “expertos” que ignoran que el mundo de la Radiología se haya envuelto en un debate que podría cambiar todo lo establecido hasta ahora con respecto a los umbrales de las dosis. En el ámbito del Periodismo, la Radiología es uno de los que más interés suscitan en la sociedad. Y es que, pruebas como las radiografías, las mamografías, los estudios digestivos o los TAC están a la orden del día. Sin embargo, los profesionales que trabajan en el ámbito de la Radiología denuncian que las informaciones que publican los periodistas al respecto pecan de falta de rigor.

Miguel Ángel de la Cámara, técnico de Radiología del Servicio Extremeño de Salud, es uno de ellos. “Detecto que hay titulares que dañan a la vista porque utilizan más el marketing y dan prioridad a titulares llamativos cuando luego el contenido no refleja realidades ni está validado por nada científico que lo pueda refrendar. Ocurre sobre todo en el mundo de la dosis radiológica ionizante. Algunas informaciones suscriben que hay cáncer radioinducido en radiodiagnóstico cuando esta cuestión está en el centro del debate y no ha aportado aún conclusiones”, lamenta.

¿Puede una mamografía inducir un cáncer?

En una entrevista en OndaSaludable, este experto explica que, la física médica está intentando correlacionar la verdadera radiobiología que nosotros sufrimos cuando recibimos radiación ionizante: El debate está ahí y se está cuestionando todo desde hace unos 10 años. ¿El cáncer de mama es radioinducido por la mamografía o era un cáncer que estaba latente, pero no diagnosticado? No se sabe realmente. Yo no digo ni que sí ni que no. Simplemente digo que hay debate y que hay que tener cuidado con lo que se dice al respecto”, advierte.

Detalla que los umbrales de las dosis que actualmente se manejan en Radiología están basados “en estudios que estaban cuestionando la influencia de la radiación en el humano en virtud de la influencia de los accidentes nucleares, como Chernóbil”. “Estos son impactos de dosis de radiación ionizante de forma continua, de gran volumen sobre masa de población y nada tiene que ver con una radiografía que dura 2 segundos o un TAC que puede durar de 9 a 16 segundos. ¿Cómo se puede comparar eso a estar influenciado por un accidente nuclear?”,

Miguel Ángel de la Cámara no niega que la radiación ionizante de las pruebas radiológicas influyan en el cuerpo humano y produzca daño biológico, como es el caso de la radioterapia, en la que el rayo no solo incide en la masa tumoral, sino que también lo hace en los límites de esta y tiene influencias negativas. Sin embargo, previene: “La diferencia de la radioterapia con la radiología médica es que ellos trabajan con megahercios y nosotros trabajamos en kilohercios. Hay una diferencia de 1.000. No es lo mismo ir a 100 km por hora que a 100.000 km por hora”.

El problema: la indicación de la prueba radiológica

Insiste en que, pese a lo que describen los titulares de los medios de Comunicación, las dosis de radiación ionizantes emitidas por la tecnología no son el gran problema. “El problema está en la indicación de la prueba: en la razón por la que se solicita, en el hecho de que se haya consultado y en que se tenga conocimiento de la radiología basada en la evidencia. Ahí está la clave”. Afirma: “Sí es verdad que hay un exceso de pruebas, pero desde los medios de Comunicación no debería abordarse desde la dosis sino desde la atención al paciente, pues él es el único perjudicado. Estamos sobredimensionados en citas y eso hace que no podamos ayudar a reducir la incertidumbre del paciente y que le lleguemos a dar las instrucciones incluso de espaldas”.

A este respecto, subraya que echa en falta un organismo o grupo de trabajo que ponga en marcha una estrategia de Comunicación fuerte, firme, duradera, consistente, que vele por evitar que al paciente le lleguen mensajes alarmistas o que aún carecen de evidencia científica, y que fomente una colaboración estrecha desde aquellos ámbitos de la sanidad donde un servicio de radiodiagnóstico es referencia para que, por ejemplo, se respeten los ratios de pacientes. “La concienciación, los sistemas de protección radiológica y el mimo y cuidado con el paciente deben ser primordiales”.

Seguiremos informando…

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