La directora del Grupo de Inmunonutrición del Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos y Nutrición del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la Dra. Ascensión Marcos, ha revelado en el marco de celebración de la 6th International Conference on Food Digestion, los últimos descubrimientos sobre la influencia del consumo moderado de la cerveza en la microbiota intestinal y en el metabolismo.
La Dra. Marcos, en compañía de su homóloga, la Dra. Esther Nova, han encabezado el estudio “Efectos del consumo de alcohol sobre la microbiata intestinal de adultos sanos”, aplicado a una población de 261 adultos sanos españoles y 134 eslovenos, cuyo objetivo radica en determinar si la ingesta de bebidas alcohólicas (cervezas, licores, vinos, entre otros), tomando en consideración la cantidad ingerida y la frecuencia del consumo, podría tener beneficios en la composición de la microbiota intestinal en este segmento de la población.
Como parte de los resultados obtenidos, la Dra. Marcos ha indicado que “la moderación en la ingesta de las bebidas fermentadas podría implicar una mayor diversidad bacteriana, lo que está relacionado con una mejor salud intestinal y en consecuencia metabólica (…) En individuos mayores de 65 años se ha visto que el consumo moderado de bebidas fermentadas, como el vino y la cerveza, podría presentar una mejor situación metabólica que podría estar relacionada con un menor riesgo cardiovascular”.
La experta ha resaltado que el consumo recomendado de bebidas alcohólicas para las mujeres es de 1 o 2 cañas al día, mientras que para los hombres la ingesta sugerida es de 2 y 3. A su vez, han aseverado que tomar de manera moderada bebidas fermentadas (que contienen alcohol) puede formar parte de una alimentación saludable dentro de la Dieta Mediterránea Actual.
Microbiota intestinal
En materia de salud, se le denomina “Microbiota Intestinal” al grupo de microorganismos vivos que residen en el tubo digestivo humano. Una de sus principales funciones es la protección del sistema inmune, ya que actúa como una berrera al combatir las agresiones de otros microorganismos, logrando así mantener la integridad de la mucosa intestinal.
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