En la Tierra a sábado, 20 abril, 2024

Francesc Carreño, director de Audiología de GAES: “No podemos evitar el ruido pero si podemos prevenir estar mucho tiempo expuestos a esos entornos”

El ruido es uno de los principales factores que constantemente se encuentra presente en el entorno de una persona, independientemente del lugar, resulta inevitable no sentir los efectos que éste genera tanto en el cuerpo físico, la mente y las emociones. La Real Academia Española (RAE) lo define como un sonido “generalmente uniforme y continuo, que subyace en un cierto entorno y que puede resultar perturbador”, lo cual puede generar diversas consecuencias a mediano y largo plazo en el cuerpo humano si no se toma las debidas prevenciones.

Normalmente las personas suelen estar expuestas a situaciones con ruido, es parte de la dinámica social, pero lo que desconocen es que esto puede traer delicadas consecuencias en nuestro órgano auditivo, en otras palabras, podría generar perdida de la audición en un determinado momento, así lo afirma GAES, la compañía multinacional dedicada a la corrección auditiva en España, a través del director de Audiología y Calidad, Francesc Carreño, en una entrevista exclusiva para PR Noticias.

Según Carreño, el 8% de la población española, entre jóvenes y adultos, registra problemas de audición, mientras que entre un 40% y un 50% de las personas mayores a los 55 años comienzan a experimentar pérdida auditiva debido al envejecimiento. El experto ha aseverado que actualmente el GAES posee “datos que son preocupantes” referentes al número de individuos que se ven afectados por el ruido.

De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que para el año 2050, el 10% de la población mundial no podrá gozar de una óptima salud auditiva. En este sentido, el organismo mencionado ha enfocado sus esfuerzos en la población joven, entre 12 y 35 años, ya que es el segmento de la sociedad que corre más riesgo de ver deteriorada su capacidad auditiva con el paso del tiempo por una exposición a ruidos elevados.

Los jóvenes, una población en riesgo

El director de Audiología y Calidad de GAES ha manifestado que los hábitos aplicados por la población joven de la sociedad, como escuchar música a todo volumen con cascos, a mediano y largo plazo dejan como consecuencia pérdida auditiva en diferentes grados. Sin embargo, los diferentes tipos de cascos que se comercializan día a día no son los únicos responsables de esta situación.

A criterio de Carreño “el ruido está en aumento, se produce más y esto hace que en nuestra sociedad exista un porcentaje alto de personas que no protegen su audición”. Asimismo, ha mencionado cuales son los 2 factores que perjudican la capacidad auditiva de un individuo, siendo el primero aquel que está relacionado con los agentes externos y el segundo, que está vinculado con los equipos tecnológicos como los cascos. “Tenemos los 2 factores, existe la persona que trabaja en un entorno de ruido continuo superior a los 65 decibelios, que es lo que marca la OMS como el límite de ruido continuo que podemos ir tolerando para que no produzca un problema auditivo a la larga en nuestro organismo. Después está el escuchar música, estamos acostumbrados a usar los cascos y colocamos el volumen en altos niveles por varios minutos, hasta una hora o más”.

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Una de las principales consecuencias de escuchar música a todo volumen durante las actividades diarias, en momentos de ocio o diversión es que a medida que se va produciendo una lesión interna en el órgano auditivo, para la persona el sonido que va captando desde el exterior lo comienza a percibir en niveles bajos, no porque el sonido sea bajo en sí, sino porque el oído ya se encuentra adaptado a recibir altos niveles de ruido. Ante esta situación Francesc Carreño ha resaltado la necesidad de “acostumbrarnos a oír a un volumen normalizado para así escuchar correctamente”.

De manera más específica, cuando se somete al odio a altos niveles de ruido, se corre el riesgo de sufrir una lesión interna en el órgano auditivo, dicha lesión no se regenera, es decir, no se cura. Esto hace que el cerebro busque alternativas para captar el sonido externo, que a juicio del experto entrevistado “está intentando suplir algo que está dañado”. En estos casos se suele acudir a los equipos o dispositivos tecnológicos que facilitan el proceso de escuchar.

Por otro lado, una investigación realizada por GAES, la cual lleva por nombre ‘II Estudio de Hábitos de Cuidado Auditivo’, ha determinado que el 50% de las personas entre 25 y 34 años trabaja escuchando música; un 62% se relaja con algún tipo de sonido y un 93% practica deporte con varias listas de canciones en sus dispositivos celulares o música. También ha revelado que 4 de cada 10 jóvenes del mismo rango de edad ha reconocido escuchar música a un volumen alto, superior a los 60 decibelios recomendados.

La prevención como principal solución

Francesc Carreño ha asegurado que la mejor herramienta para combatir la perdida auditiva es la prevención, ya que es “importante que se adquieran unos hábitos auditivos que ayuden a generar menores niveles de ruido y acostumbrarnos a protegernos cuando no podemos evitarlos (…) Lo realmente necesario es incidir en la importancia de controlar el volumen de los dispositivos electrónicos paras no superar el umbral de decibelios recomendado. Para ello, actualmente contamos con tecnología capaz de regular el sonido y que nos advierte de la intensidad cuando se supera la franja máxima establecida. El problema está que a nivel de sociedad no se insiste en seguir estas pautas. Vivimos en un momento donde se da poca importancia a recordar que si no sigues ciertas pautas puedes tener pérdida de audición”.

Seguiremos Informando…

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