En la Tierra a jueves, 28 marzo, 2024

El apoyo emocional, clave en caso de muerte fetal o cuando la reproducción asistida no tiene éxito

El Hospital Quirónsalud San José pone en marcha un novedoso protocolo de apoyo emocional en caso de duelo perinatal, que incluye también a pacientes con fracaso en procedimientos de reproducción asistida y realiza un apoyo emocional profesional que se continúa tras el alta hospitalaria.

No es fácil tener un hijo. Algo que estamos acostumbrados a oír y que cada vez relacionamos menos única y exclusivamente con la crianza. Desde el momento en el que una mujer decide tener hijos y que llega a concebirlos puede pasar un tiempo indeterminado que varía en función de múltiples factores. Por ejemplo, cada vez retrasamos más el momento con la consecuente incidencia de la edad en la fertilidad, no sólo a nivel de las posibilidades de concebir, si no también aumentando el riesgo de complicaciones que pueden ser fatales durante el período de la gestación. Se considera muerte fetal aquella que tiene lugar durante el embarazo después de la semana 20 de gestación, y en la mayoría de casos se desconoce la causa. 

Cuando sucede, es un momento dramático para los padres. Acuden a una revisión ginecológica y se encuentran con que han perdido a su bebé, en estos casos, la empatía, la cercanía y el interés del equipo profesional encargado de atenderles es clave.

Generalmente cualquier hospital y los equipos humanos están preparados para abordar estas situaciones y facilitar la coordinación y la comunicación entre todos los miembros del equipo, desde médicos a personal de enfermería, psicólogos o personal de atención al paciente, para que el proceso sea lo más llevadero posible.

Sin embargo, no siempre se contempla el aspecto emocional ni se da importancia al seguimiento tras el alta hospitalaria, parte fundamental para que el apoyo psicológico a los pacientes sea completo. Todo es importante, desde las palabras elegidas para informarles hasta el lenguaje corporal, por eso el protocolo de apoyo emocional en caso de duelo perinatal ha de ser consensuado y trabajado por todos los implicados e incluir también a pacientes con fracaso en procedimientos de reproducción asistida.

Después de comunicarles la noticia, y aunque hay que darles tiempo a que lo asimilen, también es preciso explicarles todos los pasos que se deben dar: opciones terapéuticas, plan de nacimiento, estudios adicionales, autopsia, etcétera. Si es posible, facilitarles un espacio donde puedan estar solos (preferiblemente lejos del área de maternidad y los bebés que hay en ellas), en el que puedan tranquilamente tomar las decisiones correspondientes.  Aún más complejos son los casos cuando la muerte fetal se produce en la última fase del embarazo, porque las madres deben dar a luz. 

Hay que informarles previamente de todos los pasos a seguir, con tiempo para que asimilarlo y decidir, por ejemplo, si quieren verlo o no. Todo depende de la edad gestacional y del estado del bebé, pero normalmente se les recomienda hacerlo, presentándolo con delicadeza y cariño, ya que les ayudará a evitar fabulaciones posteriores. También es común realizar una especie de caja de recuerdos, si así lo desean los padres, en la que incluir una tarjeta del bebé, pulsera, su contorno de manos y pies, etcétera. “Todo esto” explica Elisa Saló, psicóloga de la Unidad de Reproducción Humana Asistida del Hospital Quirónsalud San José, “junto con el acompañamiento médico y familiar, ayudan a afrontar la situación de forma adaptativa y elaborar en el futuro un duelo sano.”

Cuando reciben el alta los pacientes deben recibir una hoja de contactos (médico, psicólogo, grupos de apoyo, etc.) y se establecen una serie de citas de seguimiento durante las semanas posteriores. El proceso de duelo tiene distintas fases, pero no hay plazos de superación establecidos, depende de cada persona.

Es normal sentir enfado, dolor, impotencia, culpa o tristeza. Y es necesario para aceptar la pérdida de forma sana. Lo más recomendable, intentar retomar la rutina y sentirse acompañado, los familiares y amigos, y el apoyo de la propia pareja son vitales. Y no desdeñar el apoyo emocional que siempre puede ofrecer tanto el psicólogo como los grupos de apoyo o asociaciones de pacientes, muy útiles para compartir experiencias, emociones e ir aceptando poco a poco la pérdida.

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