Sálvame Deluxe continúa con sus extravagancias tratando de subir la audiencia frente a un Tu cara me suena que lidera la noche de los viernes. Recordando la frase de Benito en la que aseguraba que “antes de volver al programa se cortaría las piernas”, los colaboradores han simulado llevar muletas y sillas de ruedas.
Con tono tremendista de violines, Rosa Benito entraba en el plató de Sálvame tras el mayúsculo escándalo que saltaba este jueves, en el que supimos que Mila Ximénez confirmaba en su cuenta de Twitter que había sido despedida del programa. Con su posterior desmentido por Mediaset, que afirmaba que sólo se le exigió la salida del plató tras una actitud inapropiada.
Rosa Benito, llorosa en varios momentos, mostraba una actitud más dura y fuerte frente a Jorge Javier. Con la idea de no dejarse pisar tras seis meses fuera, con su vuelta afirma que “quiere empezar de cero” y recuerda que ha tenido miedo a compañeros, mencionando a la recientemente salida Mila “ha sido una persona que me ha hecho daño”.
Durante la noche han volado acusaciones y perdones. Rosa sintió sobre todo las críticas recibidas por sus compañeros hacia “la forma de ganarse el pan con su hija”, refiriéndose a las actuaciones y bolos que tuvo, además de las imitaciones que hicieron algunos colaboradores de ellas. Preguntada por su ex marido, Rosa aseguraba que lo había perdonado todo, y que estaba encantada al escuchar que él nunca había dejado de estar enamorado de ella. Su vuelta al programa, le permitirá saldar su deuda con hacienda “si no hubiera tenido la deuda con hacienda, no hubiera vuelto”, comentaba al inicio.
Belén Esteban, la última en entrar en plató, recuerda la traición de Toño Sanchís, el que fuera su amigo y representante. El equipo de investigación del programa dejó para el final lo que no pudo terminar en su anterior edición, la investigación sobre el patrimonio de Sanchís, entre el que se encuentra un chalet de 700.000 euros, varios coches de alta gama y una empresa que factura cifras millonarias. Además de una deuda con hacienda de más de 200.000 euros.
La duda sobre los tejemanejes de Sanchís, se sembraba en algunos de los invitados que trabajaron con él, como Ángela Portero o Jimmy Giménez Arnau.
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