Se aventura una de las semanas más decisivas desde los atentados del 11S. Las elecciones iraquíes que se celebrarán el próxo domingo mantienen inquieto a George W.Bush, Presidente de Estados Unidos y Comandante en Jefe de las fuerzas armadas. Por ello, la Casa Blanca ha desarrollado un plan de comunicación agresivo en el que no tienen cabida algunas noticias…
Se aventura una de las semanas más decisivas desde los atentados del 11S. Las elecciones iraquíes que se celebrarán el próxo domingo mantienen inquieto a George W.Bush, Presidente de Estados Unidos y Comandante en Jefe de las fuerzas armadas. Por ello, la Casa Blanca ha desarrollado un plan de comunicación agresivo en el que no tienen cabida algunas noticias…
Una de estas noticias es la muerte de 31 norteamericanos durante la madrugada del miércoles en Iraq, producida al estrellarse el helicóptero de la marina en el que viajaban, lo que convierte este incidente en el de más muertos desde que en abril de 2003 Estados Unidos comenzara sus operaciones en el país asiático.
Esta información no fue ofrecida a los periodista durante la conferencia de prensa que el Presidente dio en la Casa Blanca ante los periodistas que suelen cubrir estos actos.
Según fuentes próxas al gabinete de Bush, esta omisión de información se enmarca dentro de una nueva política informativa que pretende evitar que el Presidente hable sobre hechos negativos, como el caso del tsunami asiático o de las bajas sobre las que ya hemos hablado.
Curiosamente, el discurso de G.W.Bush, como pudos apreciar durante su investidura, gira entorno a la libertad, y la manera que tiene Estados Unidos de extarla al mundo. A pesar de ello, horas más tarde concedió una entrevista a la televisión árabe Al Arabiya, más probush que su competidora Al Jazeera, en la que sí mencionó el desgraciado accidente.
La intervención de pesos pesados de la Administración Bush como Condoleezza Rice en programas televisivos el próxo domingo completa esta nueva estrategia comunicativa, que tendrá su continuación en las próxas semanas, esta vez con motivo del discurso sobre el Estado de la Nación.
Parece claro que el Presidente, acorralado también las informaciones destapadas el Diario Washington Post el mismo que destapara el “Escándalo Watergate”, en las que se afirmaba que había comprado a diversos periodistas conservadores para que apoyaran sus reformas sanitarias y educativas durante su anterior mandato, no puede permitirse más distracciones, máxe esta semana, especialmente crucial para legitar la intervención del país que dirige en suelo iraquí.