Vuelva usted mañana

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Hay quien se queja de la mala agen que en los medios de comunicación se proyecta de los laboratorios farmacéuticos y culpan a los periodistas de un absoluto desconociento del sector, de tender al sensacionalismo y de no contrastar la información. Pero la realidad es que conocer los extremos de una información  se convierte a veces en una Misión Imposible. Llegando al colmo del absurdo de encontrarnos con directores de comunicación que, además de no querer contestar llamadas,  ordenan a su equipo no facilitar su nombre. Entonces ¿para qué sirve un director de comunicación? En estas situaciones, sólo para entorpecer la labor de los medios de comunicación. Afortunadamente, estos casos son una minoría, aunque no dejan de perjudicar la agen de transparencia que quiere construir el sector.

 

 

Con motivo de la presentación de los I Premios PRSalud, nuestra redacción se ha tenido que poner en contacto con distintos laboratorios y en esta labor, nos hemos encontrado con dos sorpresas. La prera es que la mayor parte de ellos no tiene un departamento de Comunicación y que dicha labor se realiza o bien desde el departamento de g, o bien con la ayuda de agencias externas (la minoría) y la segunda, que nos ha dejado atónitos, es que más de un laboratorio se niega a facilitar el nombre de su director de Comunicación. Incomprensible ¿verdad?

 

Desde la Industria se pide a los periodistas que contrasten sus informaciones, pero la pregunta es ¿con quién? En el caso concreto al que nos referos, nuestra redacción lleva intentando ponerse en contacto con la Dirección de un conocido y multinacional laboratorio desde el pasado miércoles. En centralita, nos facilitan el nombre de una persona, que al parecer lleva la comunicación con los medios, y decos al parecer, que aún no hemos conseguido contactar con ella. Hoy fin, nos informan que no volverá hasta el miércoles y que no hay nadie que la sustituya. Pedos hablar con el director de Comunicación, pero nos comentan que él no recibe llamadas y nos remiten otra vez a la persona que lleva las relaciones con los medios, que si no recuerdan, sigue en paradero desconocido. Intentamos al menos conocer el nombre del director de Comunicación que se niega a comunicar, pero nos volvemos a llevar otra sorpresa; su secretaria no está autorizada a facilitárnoslo. Que se le va a hacer, política de la empresa.

 

Llevamos lo tanto cinco días intentando ponernos en contacto con el laboratorio en vano y eso nos pide hacer nuestro trabajo correctamente. En este caso la dirección de Comunicación, en vez de facilitarnos el trabajo, nos lo está dificultando.

 

Pero este no es el único caso. Los periodistas se tienen que enfrentar además a agencias de comunicación que informan amablemente que su cliente no quiere hablar de según que tema, a grandes multinacionales que remiten a su sede central aunque el tema a tratar sea algo que afecta también a la sede del laboratorio en nuestro país y al famoso “sin comentarios”.

 

Eso sí, si la noticia interesa a la empresa, entonces serán ellos los que llamen y pregunten si nos ha llegado la nota de prensa, cuándo y dónde la vamos a publicar, etc.

 

Tal y como hemos dicho antes, afortunadamente, estos casos no dejan de ser una minoría ¿mayoritaria?, pero perjudican seriamente la de sí maltrecha agen del Sector. Desde aquí, esperamos que iniciativas como la recién creada ACOIF (Asociación de Comunicadores de la Industria Farmacéutica) sean capaces de establecer una conciencia que no existe en la que es la prera contribuidora, entre otras, al I+D español.

 

Seguiremos Informando… 

 

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