Cuando se comunicó la llegada de Francino a la SER, muchos se quedaron de piedra. Nadie lo esperaba… pero sobre todo, nadie esperaba este golpe bajo, a una de las piedras de toque de las mañanas de Gran Vía: Miguel Ángel Oliver. Oliver calla y escucha. Sin duda ha sido para él una gran desilusión, y la Cadena no ha tenido ni un detalle para el hombre que ha sido el sostén de Iñaki en sus tiempos más difíciles, fue el que logró mantener unido al equipo y sobre todo, el que se sabía el segundo de a bordo y nunca intentó nada… Esperaba que la sucesión de Iñaki podría sonreírle, ser de nuevo el segundo de otro grande de la comunicación o incluso pasar a otra posición dentro de la propia cadena. Pero no… Por cierto que él no habla. Es posible sacarle una palabra (al menos desde fuera). Pero quienes le miraron el día de la presentación oficial de la nueva temada sabían que en su mirada había amargura. Y no nos extraña. Ni la SER ni Prisa se han tado bien con él. No tiene noticias sobre su nuevo destino, y eso que se habló de él como una de las caras de Cuatro… pero no hay novedad en el frente. ¿Por qué?
La llegada de Francino y el cadáver de Oliver
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