Telefónica, intervenida, es acusada de dominio de mercado

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Dicen que nunca llueve a gusto de todos, y quizá sea cierto, pero algunos insisten en probar que para ellos nunca llueve. Y eso ya es exagerar. Ese el caso de la Asociación de Empresas Operadoras y de Servicios de Telecomunicaciones (ASTEL), y las operadoras alternativas a Telefónica a las que agrupa, que nunca parecen estar conformes con los vientos que soplan en el mercado de las telecomunicaciones español. Llueva o no.

Dicen que nunca llueve a gusto de todos, y quizá sea cierto, pero algunos insisten en probar que para ellos nunca llueve. Y eso ya es exagerar. Ese el caso de la Asociación de Empresas Operadoras y de Servicios de Telecomunicaciones (ASTEL), y las operadoras alternativas a Telefónica a las que agrupa, que nunca parecen estar conformes con los vientos que soplan en el mercado de las telecomunicaciones español. Llueva o no.

 

Así, aprovechando el vacío informativo que se produce en los medios de comunicación durante los periodos entre festivos, ASTEL, con su director general  Lionel Fernández a la cabeza, y los principales operadores competidores a Telefónica han iniciado una llovizna mediática de ataques a la operadora española, y al propio regulador del sector en España, con la única intención de desprestigiar el esfuerzo innovador e pulso que Telefónica está dando al mercado de las telecomunicaciones en el país.

 

Quizá que los Wanadoo, Tele2 o Ya.com de turno consideran más rentable competir en los tribunales, donde la presión mediática puede ser un punto a su favor ante denuncias que muchas veces se realizan defecto y sin fundamento, que a través de nuevas ofertas atractivas y adecuadas a los usuarios en un mercado en competencia.

 

Hace quince días la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) ha prohibido tres productos de Telefónica, orientados a clientes con menos recursos, considerarlos contrarios a la libre competencia ante las denuncias de Wanadoo, Tele2 y la propia Astel. Y ello pese a que productos silares estén aceptados la normativa europea y llevaban casi dos años comercializándose parte de Telefónica. Sin embargo, y aunque responde favorablemente a su denuncia, los operadores alternativos se quejan de que esta resolución haya tardado seis meses en llegar.

 

La CMT acaba de fijar los precios mayoristas de uso de la red de Telefónica, que en este caso extiende la interconexión capacidad a todos los servicios posibles. Esto permite a las operadoras alternativas comprar volúmenes de tráfico adelantado y a precios más bajos en lugar de pagar individualmente cada minuto que utilizan y no se aplica en ningún otro país de Europa. Sin embargo, las protestas de Telefónica caen en saco roto, y aún así los operadores alternativos se quejan de que el proceso de fijación de estos precios es muy opaco.

 

El regulador ha prorrogado un año más el marco de precios regulados, vigente desde el año 2000, y Telefónica sigue siendo una compañía intervenida, con precios no liberalizados y cuyas ofertas deben ser aprobadas, al menos tácitamente, el órgano regulador. Y aún así, empresas como Tele2 la acusan de abuso de posición dominante.

 

Todo esto debe hacer pensar. La realidad es que estos operadores alternativos buscan rentabilidad inmediata y se olvidan de la inversión. Se trata de una estrategia basada en revender servicios a partir del uso de la red de Telefónica, sin adquirir ningún compromiso de desarrollo del país e pulso de la sociedad de la información entre los ciudadanos.

 

Dicho sea de paso, a excepción de los cableros, las operadoras alternativas a Telefónica están sotadas en la mayoría de los casos capital extranjero (France Telecom, Deusche Telekom,…), empresas semipúblicas, no decir públicas del todo,  en sus mercados naturales, algunas de ellas aún con financiación pública, que exigen en sus propios países que no se apliquen las restricciones que, sin embargo si exigen a Telefónica en España.

 

En definitiva, y aunque les pese, Telefónica es la principal empresa pulsora del mercado de las telecomunicaciones en España, y una compañía admirada en su densión internacional. En los últos cuatro años ha invertido más de 32.000 millones de euros, la mitad de ellos en la construcción de sus redes en todo el mundo, y hasta 2010 invertirá 10.000 millones más en banda ancha.

 

Dicha inversión es fruto de su compromiso el desarrollo de los mercados y de los países en los que opera, la apuesta real la Sociedad de la Información y la puesta en marcha de nuevos productos y servicios verdaderamente adecuados a las necesidades de los usuarios. Un compromiso que, como podemos ver, no se demuestra a través de denuncias o campañas mediáticas que los operadores parásitos –en su gran mayoría extranjeros han puesto en marcha contra Telefónica.

 

Seguiremos Informando…

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