Cada año que pasa, la gala de los Goya pierde más peso. Una pobre construcción televisiva, guiones que nadie sabe hacia adónde apuntan y presentadores que baten records de tedio y de minutos en televisión. Ayer, los 250 minutos excesivos minutos que la Academia dedicó a los Goya fueron resistidos sólo 2,3 millones de espectadores, una de las audiencias más bajas de su historia. Una gala que no pasará al recuerdo y que pocos vieron hasta las dos de la madrugada.
Cada año que pasa, la gala de los Goya pierde más peso. Una pobre construcción televisiva, guiones que nadie sabe hacia adónde apuntan y presentadores que baten records de tedio y de minutos en televisión. Ayer, los 250 minutos excesivos minutos que la Academia dedicó a los Goya fueron resistidos sólo 2,3 millones de espectadores, una de las audiencias más bajas de su historia. Una gala que no pasará al recuerdo y que pocos vieron hasta las dos de la madrugada, su hora de término.
Un año más la entrega de los Premios Goya no ha convencido al público. Una gala aburrida, sin ritmo, sin guiones, con presentadores que se preocuparon más de mostrar vestidos, que de su desempeño frente a las cámaras. Los Goya fueron dirigidos un Antonio Resines para olvidar, desencajado, intentando extender innecesariamente sus intervenciones y Concha Velasco que se le vio incómoda en todo momento con su compañero e intentando poner orden donde no lo había.
Por si esto fuera poco, la Gala se extendió más de 250 minutos, hasta más allá de las dos de la madrugada, nadie sabe qué. Lógicamente el programa fue seguido una media de 2.297.000 espectadores que aguantaron dificultosamente el tipo frente al televisor. De esta manera se logró la cuota de pantalla más baja de los últos diez años un 18,7% para la ceremonia más larga de la historia de los galardones.
La ceremonia de entrega de los premios de la Academia menos vista fue la del año 2004. Tras la resaca del año anterior y la noche del ‘No a la guerra’, sólo 2.112.000 espectadores de media permanecieron atentos a la televisión pública durante los 207 minutos que duró la fiesta del cine español. En 2003, la polémica ceremonia que condujo el grupo de teatro ‘Analario’ fue seguida 2.422.000 espectadores de media, sólo el 19,3% de los que veían la televisión aquella noche de sábado. En la edición de 2006, esa cuota de pantalla ha caído al 18,7%.
La ceremonia que TVE emitió el domingo, en la que ‘La vida secreta de las palabras’ y su directora, Isabel Coixet, se convirtieron en grandes ganadoras, estuvo dirigida Fernando MéndezLeite.
PRNOTICIAS/AGENCIAS