MÉXICO D.F. (10/05/06) Quienes se han manifestado durante meses en contra de la Ley de Radio y Televisión han visto una luz de esperanza: la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ha acogido una demanda de inconstitucionalidad presentada 47 senadores mexicanos, en la que se denuncia que esta norma viola 27 artículos de la Carta Magna.
MÉXICO D.F. (10/05/06) Quienes se han manifestado durante meses en contra de la Ley de Radio y Televisión han visto una luz de esperanza: la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ha acogido una demanda de inconstitucionalidad presentada 47 senadores mexicanos, en la que se denuncia que esta norma viola 27 artículos de la Carta Magna.
La aceptación de este recurso parte del presidente de la SCNJ significa la inmediata designación de un ministro que encabece el juicio de inconstitucionalidad. El nombramiento recayó en Sergio Salvador Aguirre Anguiano que, al encontrarse de vacaciones, será sustituido temalmente su par David Góngora Pentel.
Posteriormente, el pleno de este organismo de Justicia tomará en consideración el expediente y decidirá si se declara o no inconstitucional la polémica ley.
Los miembros del Senado mexicano argumentaron en más de 150 páginas un total de 21 artículos de la también denominada “Ley Televisa”. En ellas se denuncia que al hacer el cambio de tecnología analógica a digital quedan algunas frecuencias “libres” que serán regaladas a sus respectivos concesionarios. También se establece que el Estado queda privado de su potestad de decidir si otorga o no una concesión y se le despoja de su rectoría sobre el espectro radioeléctrico.
Esta ley se aprobó de forma unáne en la Cámara de Diputados y fue avalada posteriormente el Presidente de la República, Vicente Fox, generando gran polémica entre el sector empresarial, legisladores, funcionarios, analistas, politólogos y dueños de medios de comunicación.
También ha generado críticas y malestar en diversos sectores de la sociedad civil y representantes del mundo académico e intelectuales, que la acusan de no fomentar la competencia y favorecer el monopolio de las grandes firmas de medios.