Valoran a Bachelet frente a la represión contra periodistas

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SANTIAGO (05/06/06) La organización Reteros Sin Fronteras (RSF) condenó la violencia y las detenciones arbitrarias que el 30 de mayo pasado sufrieron en la capital chilena ocho periodistas, mientras se encontraban cubriendo las manifestaciones estudiantiles que ha protagonizado el país en los últos días. La asociación pro libertad de expresión valoró la destitución de los responsables policiales de estas acciones parte del Ejecutivo liderado Michelle Bachelet.

 

“Acogemos con satisfacción el cese del jefe de las fuerzas especiales de la policía, tras la abusiva represión de las manifestaciones de estudiantes. Nos felicitamos también la rápida apertura de una investigación sobre la violencia y las detenciones arbitrarias sufridas ocho periodistas. Sin embargo, estos acontecientos ponen de manifiesto la persistencia de una hostilidad hacia los periodistas entre las fuerzas del orden, que continúan marcadas la herencia de la dictadura militar. Esperamos que el gobierno de Michelle Bachelet sepa sacar conclusiones de esta constatación”, ha declarado RSF.

 

El 30 de mayo, una gran manifestación de profesores, estudiantes y colegiales que reclamaban la reforma del sistema educativo, se transformó en motín en las cercanías del palacio presidencial de La Moneda, en Santiago, con un saldo de más de 700 detenidos y varias personas heridas.

 

Entre los lesionados están los camarógrafos Marco Cabrera, Gustavo Pavez y Libio Saavedra, que trabajan en los canales Red TV, Canal 13 y Mega, respectivamente. Pese a llevar visible el brazalete de prensa, los comunicadores recibieron golpes y pedradas de los carabineros, y a uno de ellos le pegaron una paliza en el suelo.

 

Los fotógrafos del Diario Financiero Julio Castro y Fernando Fiedler también resultaron heridos al sufrir agresiones del mismo tipo. Los cinco profesionales de los medios fueron trasladados al hospital, donde les tomó declaración uno de los responsables de la policía de Santiago.

 

El redactor jefe del semanario El Siglo, Julio Oliva, y dos de sus colegas, Iván Valdés y Marcos Días, fueron detenidos en el mismo sector y llevados a la fuerza a una comisaría, donde los abofetearon e insultaron. Según Julio Oliva, los carabineros les dijeron que su relación con el Partido Comunista de Chile era razón más que suficiente para detenerles. El semanario acababa de publicar, en su versión digital, un artículo sobre las posibles infiltraciones de carabineros de civil en las manifestaciones.

 

Indignada los sucesos, la presidenta Michelle Bachelet consiguió, el 31 de mayo, el cese del coronel Osvaldo Jara, jefe de las fuerzas especiales de la policía. El subsecretario de Estado e Interior, Felipe Harboe, anunció el mismo día la apertura de una investigación sobre las agresiones a los periodistas. 

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