Dependencia: ‘El copago determinará la actividad económica’

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La participación de las Aseguradoras en la Ley de Dependencia depende de una incógnita que, según el director de Vida de Caser, Esto Sanz, resulta crucial para determinar si existe un mercado interesante: el copago. En conversación con PRSeguros, Sanz dice que no será un seguro caro si se contrata a una edad en torno a los 50 o 60 años. Y cree que, tal como ocurrió con los planes de pensiones, la labor de concienciación parte de las administraciones públicas será crucial para facilitar su comercialización.

 

Sobre la información con la que cuenta la ciudadanía, ¿crees que la gente piensa en otras cosas cuando habla de la Ley de Dependencia?

Yo creo que todavía sí. Nosotros hicos el estudio el año pasado y vamos a repetirlo un año después ya con la Ley en vigor, donde se reflejará mucho más el pacto en los periódicos y medios de comunicación. La sensación que tenemos, aunque debemos corroborarlo, es que hay mayor sensibilidad y que la gente ha oído hablar más de la norma. Como hay baremos a nivel de comunidades autónomas y a nivel de ayuntamientos, los dependientes ya han oído que pueden acudir a los servicios sociales a pedir algo. Luego veremos si les dan algo o no, si son grandes dependientes o dependientes moderados. Pero yo preveo que cuando hagamos la encuesta descubriremos que respecto a hace un año, el nivel de información de la ciudadanía es mucho mayor. Lo bonito de este tipo de estudios es ver la evolución de lo que piensan los ciudadanos. Y en el tema de información respecto de la Ley, yo creo que sí habrá un incremento en el conociento de la norma, pero me temo que no tanto como nos gustaría.

 

¿Cuáles serían los desafíos en este caso?

Ahí hay dos campos. El sector público está haciendo un esfuerzo, pero tiene que hacer un esfuerzo mayor de divulgación. Esto es una ley pública, lo tanto es la Administración la que debe enfatizar la Ley de Dependencia como sistema público. Las entidades privadas tenemos que ir detrás. Nosotros podemos hacer comunicación  sobre las bondades de la Ley, pero en todo caso lo haremos si detrás vemos que hay una actividad económica que sustente este gasto en comunicación. La Administración tiene otros parámetros, no tanto la rentabilidad económica sino de otro tipo.

 

Las entidades aseguradoras se han mostrado muy cautelosas respecto de este sistema, ¿cuáles son vuestros temores?

Falta aclarar el copago, es decir, cuánto va a pagar el beneficiario en función de su nivel de renta. El día que sepamos si el copago es tante o no podremos ver si realmente hay una actividad económica complementaria al sistema público.

 

¿Qué pedís las Aseguradoras para participar?

Nosotros no pedos nada, nos atenemos a lo que digan los políticos. Yo como ciudadano, si el sistema público me paga mucho, no tendré necesidad de un complemento privado. Como ciudadano individual, me encantaría que el sistema público me pagara absolutamente todo, pero no solamente en dependencia, sino en cuanto a jubilación, en los estudios de mis hijos… Ese es un modelo económico que, desgraciadamente, no se ha podido mantener en casi ninguna parte del mundo el coste económico que tiene. La alternativa de que cada uno se busque la vida tampoco es viable. Todos los países, y ahí hay distintos criterios políticos, tienen un modelo intermedio, en que el sistema público cubre una cantidad y el resto lo cubre el sector privado a cada individuo. En el tema de Dependencia en España se está diseñando exactamente lo mismo. Lo que ocurre es que en una escala de 1 a 100 no es lo mismo un sistema mixto en que el sector público cubra un 90 y el privado 10 que un sistema en que ocurra todo lo contrario.

 

‘Esto es una ley pública, lo tanto es la Administración la que debe enfatizar la Ley de Dependencia como sistema público. Las entidades privadas tenemos que ir detrás. Nosotros podemos hacer comunicación  sobre las bondades de la Ley, pero en todo caso lo haremos si detrás vemos que hay una actividad económica que sustente este gasto en comunicación’

 

Con la información con la que contáis actualmente, como el baremo y los incentivos fiscales, ¿hay un mercado interesante para el sector asegurador?

La única referencia que yo tengo es la memoria económica del anteproyecto de Ley de Dependencia que hablaba de que los beneficiarios se harán cargo de un tercio. ¿Es significativo un tercio como para que haya una demanda de productos privados? Pues depende de cómo se distribuye de individuo a individuo ese tercio que se ha definido a nivel macro y global. Si teóricamente tuviéramos dos ciudadanos, uno muy pobre y otro muy rico, significaría que el pobre pagaría una parte pequeña y el rico una parte mayor para que entre ambos fuera un 66%. Yo no sé cómo se va a definir eso individualmente. En el momento en que lo sepamos, yo creo que en el sector asegurador podremos ser más optistas o menos optistas.

 

¿Qué dificultades de comercialización tendrán que enfrentar, una vez que se hayan aclarado estas incógnitas?

Yo creo que las dificultades van a ser las mismas que tuvos cuando salió la Ley de planes y fondos de pensiones, es decir, hay una necesidad futura. Y el ciudadano tiende a no visualizar estas necesidades futuras, lo que la labor comercial de una entidad es hacer ver a los clientes esas necesidades, tanto en dependencia, en jubilación o en cualquier otra cosa. Yo entiendo que es una realidad muy tante, muy sensible, pero cuando se ve a tan largo plazo la tendencia es decir bueno, ya me lo pensaré. Entonces aquí hay una labor de concienciación no sólo del sector privado, sino del sector público.

 

En términos de riesgo y siniestralidad, ¿puede ser que la gente que tiene antecedentes familiares de dependencia contrate y la que no lo vea tan cercano prefiera no pagar este producto?

En el sector asegurador ya estamos acostumbrados a gestionar ese tipo de riesgos. Nosotros vendemos seguros de salud, de vida, tenemos conceptos como el reconociento médico, el análisis del riesgo y a algunos, si tienen más posibilidades de quedar dependientes, le cobraremos una pra más alta y a otros menos, igual como hacemos en muchos otros riesgos que ya aseguramos hace muchos años.

 

¿Será caro el seguro de dependencia?

No es tan caro. Si decides contratarlo a los 80 años sí es caríso. Pero a los 50 o 60 años, que parece que es cuando la gente ya está un poquito liberada de hipotecas y demás y tiene capacidad de ahorrar un poco, no es tan caro. De verdad.

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