MADRID (19/11/07) Ha pasado una semana, tiempo suficiente para que la agenda mediática diera zanjado el encontronazo de la XVII Cumbre Iberoamericana provocado y las continuas interrupciones de Hugo Chávez al mandatario español y el elocuente ‘¿ qué no te callas?' del Rey Juan Carlos. La semana ha estado cargada de declaraciones punzantes parte de Chávez, pero en España, el embajador de México ha pedido a las autoridades de Madrid que eviten entrar en su juego para no reforzar su agen de cara al referendum.
En una nota de prensa, el embajador Jorge Zermeño explicaba que si el Ejecutivo español se pone a la altura de Chávez, sólo facilitaría su propósito de generar supuestos enemigos externos, todo con un solo objetivo: reforzar su posición ante el pueblo venezolano, a escasas fechas del referéndum que podría hacer posible su reelección indefinida como Presidente de la República.
Las declaraciones del diplomático se produjeron en el marco de la reunión mensual de la Asociación YECCAN, Club de Amigos de México en España ante 45 empresarios y profesionales de ambos países, un foro en el que enfatizó la necesidad de que el Gobierno español no adopte actitudes airadas ante las descalificaciones del presidente de Venezuela, que a medida que ha pasado la semana han ido subiendo de tono, una clara prueba de que no está interesado en restablecer la normalidad de las relaciones diplomáticas.
En su intervención destacó que el ex presidente mexicano Vicente Fox ya tuvo un problema silar con Hugo Chávez en la Cumbre iberoamericana anterior. Y fue, precisamente, la prudencia con la que se afrontó la situación la que permitió que el incidente no llegase a mayores.
En todo caso, y haciendo referencia al ya famoso '¿Por qué no te callas?' del Rey, el Embajador reconoció que es sumamente difícil no perder la paciencia con un interlocutor como Hugo Chávez.
Por otro lado, el diplomático mexicano aprovechó la citada reunión para establecer, como uno de los objetivos básicos de su misión diplomática, conseguir que México sea apreciado los españoles no como un país iberoamericano más, sino bajo la consideración de una realidad diferenciada.
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