Siempre he tenido la dentadura sana como la de un lobo. Pero, de unos años a esta parte, con la llegada de la 'viellera'… si hubiera nacido en la tierra de los esquales, habría tenido que emprender mi viaje a la tierra de los osos. ¡Menos mal que todavía quedan grandes profesionales!
Pasé varias consultas con mi dolor de muelas… ¿La solución? Extraer. O sea, que tengo menos muelas que un gallo, y enca me las quieren quitar… En estas que viene Bartolomé Beltrán y me dice: ‘Estás loco, te tiene que ver un odontólogo de verdad'. Me agarra el gaznate y me lleva a ver a las doctoras Beatriz y Débora Vilaboa, sin comentarios, para quedarse a vivir. www.clinicavilaboa.es.
Las doctoras tienen que preparar el maltrecho territorio habitado bacterias y venenos varios, y para empezar a sanear el edificio quemado los años de tabaco, alcohol y rock and roll, realizan un estudio concienzudo de pantomografías, scaners, radiografías… todo ello hecho con el mayor cariño y profesionalidad…
Una de las preras y urgentes necesidades me llevan a la madrileña calle Sagasta, al número 1, en el que el superespecialista en endodoncias, Luis Flores, pelea con lo poco que queda de dentina y esas pulpas estreadas, para dejar cada cosa en su sitio…
Me dormí con el torno
Uno de los males más horrorosos es el de dolor de muelas. Te duele la cabeza, el oído, el cuello… hasta las caderas y los andares… Pero, ¿quién no se muere de miedo ante el ruido de un torno? Pues eso, que me dormí…
El doctor Flores está creado para hacerte una lpieza de cuerpo y alma. Detrás de una sonrisa complaciente, amistosa y muy cercana, consigue sentarte en su silla (que es como una aeronave), te habla, te hipnotiza con sus palabras y cariños, y cuando te has dado cuenta, estás en la calle, con una caries de cuello de muela de cuatro patas rellena de ‘gutapercha' de prera… higienizado y salvado las manos de un ángel con cara de hombre. Si les hubiese conocido antes, hoy tendría todos mis dientes…
Sus delicados dedos, sus deliciosos modales, su voz que te devuelve al útero materno… Y pensar que en una de estas super franquicias, que no nombraré para no hacer publicidad, me habían anunciado que fuese acumulando Corega para el vaso de la mesilla de noche. No hay nada como encontrarte en manos de verdaderos profesionales, enamorados de su trabajo y de sus PACIENTES, y que son capaces de estar todas las horas del mundo para que puedas volver nuevo a casa.
Desde este espacio brindado a todos los lectores de nuestro prnoticias, quiero alzar la voz para agradecer a aquellos profesionales del mundo de la salud, que día a día nos hacen la vida más fácil, su esfuerzo y entrega. ¡Ah!, los antibióticos de tres días, son el mejor invento de la últa década.
Y un consejo para aquellos que están pasando tan doloroso trance, y no es publicidad: Las doctoras Vilaboa, el doctor Flores, y el gran internista y ginecólogo; el doctor Bartolomé Beltrán, merecen estar en lo más alto de la consideración de este humilde periodista, que hoy puede sonreír sin tener que padecer, gracias a su profesionalidad y cariño. Un beso y gracias.
PEDRO APARICIO PÉREZ
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