Los farmacéuticos de Toledo han brindado una excelente acogida al curso de inteligencia emocional que organiza el Colegio Oficial de Farmacéuticos de la provincia ya que un total de 34 se han inscrito en esta actividad.
El curso ha logrado cubrir todas las plazas disponibles y se celebrará hasta el 1 de abril en la sede colegial.
Como explica la presidenta del COF toledano, Ana Montalvo, con esta iniciativa se trata de ofrecer a los farmacéuticos la posibilidad de formarse no sólo en materias relacionadas directamente con su profesión, como viene haciendo de forma habitual el Colegio, sino también en otras que les resulten de interés personal y que, además, repercutan en un servicio aún mejor para los pacientes. De esta forma, el Colegio quiere dotar a los farmacéuticos de habilidades que sean positivas para el desempeño diario de su labor en el área de la atención farmacéutica.
El psicólogo clínico Fidel Delgado Mateo, que cuenta con más de 30 años de experiencia en formación de formadores de la salud, aborda en este curso cuestiones como qué es la inteligencia emocional, modos de inteligencia emocional y su uso en el ámbito personal y en las relaciones sociales. Según sus propias palabras, este no es un curso teórico sobre la inteligencia emocional, sino que se parte esta materia ejercitándola, y empleando para ello ‘no un lenguaje científico, sino sientífico, de sentir'.
Delgado trata sobre el cultivo de la empatía, el sentido del humor saludable y cómo frenar los malos humores, el reciclado de la basura emocional, y la gestión de las emociones en situaciones conflictivas, atando a los farmacéuticos asistentes recursos para afrontar la agresividad, los conflictos, la desconfianza o la ansiedad. De este modo, las clases resultan tan instructivas como amenas, dado que este psicólogo emplea un buen número de objetos cotidianos para que se comprendan y recuerden mejor sus explicaciones.
El curso, de 16 horas de duración repartidas en cuatro jornadas, pretende explorar las aptitudes relacionadas con la capacidad de percibir emociones de forma precisa, de encauzar las emociones para que faciliten el pensamiento y el razonamiento, la capacidad de comprender las emociones y su lenguaje, y la de controlar las propias emociones y las de los demás.