LA DOTE FRUSTRADA

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Pasaba mis vacaciones un pueblecito de nombre Urse, cuando conocí a alguien que prometía ser diferente. Me conquistó y me agasajó y nuestra relación iba viento en popa, pero mi familia, tradicional donde las haya, no permite errores sobre todo cuando en temas de dote se trata.

Advertí a mi amado que para convencer a mis padres del futuro de nuestra relación y de que nuestro amor iba a ser duradero, debía seguir todos sus postulados, sin excepción alguna y que si le preguntaba sobre el lugar donde formaría una familia debía responder que, sin duda,  Sería Urse.

Pero hete aquí un error que le costó cara a nuestra relación. Mi amado, ofuscado y nervioso envió un ramo de flores, a nombre de mis padres, pero desde el pueblo de al lado, rivales desde siempre, y de nombre Mi Roble Wasto

Sobra decir que nunca más le ví y mi dote intacta quedó

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