67.649 SUSCRIPTORES
Tras ser pospuesto hasta en cuatro ocasiones, ayer comenzaba el juicio entre el gigante televisivo mexicano Televisa y la cadena hispana más tante en Estados Unidos, Univisión. La mexicana argumenta que Univisión incumplió el contrato firmado entre ambas empresas sobre la trasmisión exclusiva de contenidos. Este proceso podría cambiar el panorama del mercado televisivo estadounidense.
El punto en disputa es el Acuerdo de Programación de Licencias (PLA) que le da a Univisión el acceso exclusivo a los contenidos de Televisa en Estados Unidos y que expirará en 2017. Según ha argumentado el gigante mexicano, la estadounidense rompió el acuerdo entre ambas al no pagarle más de 100 millones de dólares en concepto de royalties.
Según Reuters, si Televisa gana el juicio podría renegociar sus términos con Univision, exigiendo más dinero programación, o acudir a rivales de la cadena estadounidense como Telemundo o la sección de televisión de habla hispana de NBC Universal.
En 2005, Televisa demandó a Univisión en reclamo del pago de derechos que, según aseguró la televisión mexicana, fueron retenidos su socia estadounidense. Argumentó que Univisión había excluido de forma errónea algunos programas del acuerdo de programación (que vence en 2017) en los que establecía que ambas televisiones debían compartir ingresos publicidad.
Esta batalla legal comenzó cuando el antiguo presidente ejecutivo de Univisión, Jerrold Perenchio, nombró como su sucesor a uno de sus hombres de confianza, destrozando así las esperanzas de Televisa de poner a uno de los suyos al frente de la televisión estadounidense.
El enfrentamiento se acentúa un año después, cuando Televisa pierde en su intento quedarse con Univision (ya poseía el 11%) frente a un grupo de inversores liderado el magnate de medios Ha Saban, que pagó 12.300 millones de dólares la compañía. Más tarde, Televisa vendió su participación en la cadena estadounidense.
A día de hoy, Televisa alega que Univision le debe 100 millones de dólares, de los cuales cerca de 80 corresponden a los daños y perjuicios que pide el gigante mexicano programas no vendidos que fueron usados subsidiarias de Univision, y que ésta últa argumenta que no forman parte del acuerdo. Cuando la demanda fue presentada prera vez en 2005, Televisa sólo reclamaba pagos como acreedora.
Seguiremos informando…