‘La profesión periodística se mueve en gran precariedad y la precariedad es desprotección’

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Rosa María Calaf, corresponsal durante más de 30 años en Televisión Española y actual presidenta del CIP de Barcelona ha hablado con prnoticias y nos ha atado su visión sobre la situación actual de la profesión. En una intensa conversación nos ha hablado de China, de la libertad de expresión y de los corresponsales. INCLUYE AUDIO CON LA ENTREVISTA COMPLETA.   

¿Cómo afrontas ahora tu futuro profesional tras toda una vida como corresponsal? ¿Cuáles son tus planes?
Ya como corresponsal no, que con el ERE de TVE eso ya se acabó, ahora empiezo una etapa distinta. Acabo de asumir la presidencia del CIP (Club Internacional de Prensa) de Barcelona y tengo que compatibilizarlo con los viajes que tengo delante. Lo que estoy haciendo más actualmente es dar charlas y mantenerme en contacto con las universidades, dando seminarios, asistiendo a congresos… para alertar a la sociedad sobre en qué está derivando el periodismo, contando mis experiencias si sirven de algo… En resumen, devolver lo que he recibido. Yo he sido una privilegiada, he hecho lo que me gustaba, en un momento en el que el periodismo cumplía verdaderamente su función. 

¿Crees que hoy el periodismo no está cumpliendo su función?

La cumple malamente. Hay mucha gente que está luchando a brazo partido para evitar el deterioro de la profesión. Se está desvirtuando mucho la información y se está mezclando mucho el negocio con la información. Las empresas se centran más en la cuenta de resultados que en la excelencia informativa. Todo esto es peligroso para la sociedad.

¿Cómo asumes el reto de presidir el CIP de Barcelona? ¿Qué esperas hacer dentro de esta institución?

El centro ya funciona y lo hace muy bien, pretendo que haya una continuidad. No sé cuánto tiempo voy a poder estar y pretendo compaginarlo con muchas entradas y salidas y lo que busco es que siga funcionando igual de bien. Lo que quiero es dar un giro hacia lo tecnológico, mejorar la infraestructura tecnológica e insistir en la capacidad de acogida a los periodistas que quieran trabajar aquí, tanto extranjeros como locales y nacionales. Aunque no sé cómo lo vamos a hacer con este momento de crisis que vivos, ya que esto significa inversión.


Durante tu etapa como corresponsal en China, ¿Te has visto litada en tu trabajo la censura?

Sí, supuesto. China se ha abierto mucho en lo económico, ha habido grandes logros y transformaciones en la vida de los chinos en muchos aspectos, pero la libertad de información no es uno de esos logros. El control de la prensa y de Intet es total. El trabajo del periodista extranjero durante el año olímpico fue un poquito mejor, aunque sólo en Pekín, pero ahora todo ha vuelto a ser lo que era. No tienes acceso ni libertad de movientos y tienen una cierta práctica de intidación muchas veces, lo que lita las posibilidades de cumplir tu trabajo como se debería.



DESCÁRGATE LA ENTREVISTA COMPLETA
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Hace poco el Gobierno chino anunció la creación de una lista negra de periodistas para evitar supuestamente las noticias falsas, haciendo que lo periodistas de la lista perdieran su trabajo ¿Qué puede hacer la comunidad internacional ante una violación de derechos como esta?

Reaccionar señalándolo, no mirando para otro lado. Las noticias falsas hay que controlarlas, es obvio, pero lo que está claro es que esto es un eufemismo, que se considera falso todo lo que no conviene. Hay que denunciarlo y hacer que la gente se percate y le de tancia. Está claro que la política de la realidad tiene que funcionar y está ahí, pero no debe hacer olvidar la ética y los principios de libertad a los que tiene derecho el ser humano.

El trabajo de los corresponsales extranjeros en países en los que no se respeta la libertad de prensa ¿puede ayudar a mejorar las condiciones de los periodistas locales?

A veces sí, que si nadie protesta y nadie está ahí para contar, es difícil que los periodistas locales sí solos puedan hacer nada. Pero hay que alabar y admirar el trabajo de estos periodistas en esos países, y no sólo en las dictaduras, que hay muchas democracias en las que la prensa lo tiene dificilíso. En Filipinas ejemplo, que es una democracia, es uno de los países donde más periodistas mueren todos los años, así como activistas de derechos humanos. Por eso es tante que haya periodistas extranjeros que cuenten esto y aten su visión, para reforzar la lucha de los periodistas locales, que son los que más lo sufren.


Hace un par de días ha saltado la noticia de que en Arabia Saudí un grupo de clérigos radicales quiere pedir la presencia de las mujeres en la televisión estatal ¿Cree que en el mundo árabe se está avanzando en cuanto a los derechos de las mujeres, o noticias como esta confirman que no es así?

Algo ha avanzado, pero es prácticamente inapreciable. Se avanzó en un determinado momento, pero en los tres o cuatro últos años se ha vuelto a retroceder. En el tema de la mujer, somos responsables todos. Las que tenemos posiciones en las que al menos podemos decir bastantes cosas, debemos apoyar a las que no y hacer que se sientan arropadas. Es un tema del que habría que hablar más.


¿Has tenido dificultades para trabajar en países como este?

Las típicas de cualquier país represivo en las libertades y que además tiene un componente machista y paternalista, donde obviamente la mujer no pinta nada. Aunque al final siempre he acabado haciendo lo que creía que debía hacer, con más o menos dificultades. He recibido mucha ayuda de gente local que se la juega. También hay países en los que la mujer se considera tan poco que permite que te puedas mover que prácticamente eres invisible. Tienes acceso a determinadas situaciones que no te tiene en consideración.


Según los últos datos del CPJ parece que los periodistas se están convirtiendo cada vez más en objetivos militares  ¿A qué se debe esta situación?

Lo prero a que nosotros mismos hemos cometido la grave falta de darle mayor alcance y repercusión cuando a un periodista le pasa algo. Por ello quien quiere llamar la atención sabe que la llama más si ataca a un periodista que a cualquier otra persona. La única culpa la tenemos nosotros haber hecho más ruido del debido. Creo que lo que hay que reclamar es que los periodistas trabajemos en situaciones adecuadas y que las empresas no manden a gente en situaciones de precariedad y sin experiencia a lugares peligrosos. El periodista sabe que asume un riesgo cuando va a determinados lugares, nadie te obliga a ir.

¿Te has sentido en peligro alguna vez haciendo tu trabajo?

A veces, sobre todo en estos conflictos últos que son muy confusos, donde hay muchos grupos descontrolados, y es que cuando ya parece que está controlado, es cuando menos controlado está. Precisamente en los momentos de supuesto cese de hostilidades es cuando más peligroso es, pero ahí es donde cuenta la experiencia y las buenas condiciones de trabajo.


¿Crees que el periodismo es en general una profesión desprotegida?

Ahora es una profesión que se mueve en gran precariedad y la precariedad es sinóno de desprotección. Hay que dar unas condiciones mínas a los periodistas y un míno apoyo y conociento de dónde se va, no cómo se están haciendo las coberturas actualmente.


¿Te has quedado con las ganas de trabajar en algún país?

No me quedan muchos. Quizá me hubiese gustado estar un poco más en China, que en el año que he estado viviendo en China lo único que he hecho prácticamente han sido tonterías olímpicas. Creo que hay muchas más cosas que contar. Aunque pudos hacer bastantes temas sociales, culturales y políticos al hilo de los Juegos Olímpicos, se podría haber hecho más y este año se habrían podido hacer muchas más cosas. Pero no soy de mirar hacia atrás.


¿Qué te ha quedado hacer o qué te apetece hacer en la profesión?

Me gustaría hacer documentales y retajes en profundidad sobre los temas que son tantes para el ciudadano, como ejemplo la situación del agua en el mundo, de la que no se está hablando casi nada cuando dentro de cuatro días estaremos peleando ella. En fin, todos esos temas que se están quedando en el cajón y de los que habría que reflexionar. Y supuesto me gustaría ir a la estación espacial, pero me voy a quedar sin ir seguramente.

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