prexclusivo Desde tiempos inmemoriales se ha atribuido a la sangre propiedades rejuvenecedoras. Historias como la de la Condesa Elizabeth de Bathory son muy ilustrativas al respecto. Y algo de razón no le faltaba a la leyenda, aunque no es necesario recurrir a prácticas vampíricas para rejuvenecer varios años. El secreto está en la Infiltración con Factores de Creciento Plaquetario.
Sergio Fernández Mesa, Director médico de Clínicas de Estética Dorsia, explica que en la Infiltración con Factores de Creciento Plaquetario el paciente rejuvenece de una forma bsolutamente natural: "No se trata de un cambio inmediato como la aplicación de hialurónico en los labios. Los pacientes nos dicen: 'Todo el mundo me ve mejor y no acaban de explicarse que es lo que me he hecho. No hay cambios drásticos. Todo es muy natural".
Clínicas de Estética Dorsia ha desarrollado un tratamiento exclusivo en medicina estética facial. Se trata del aprovechamiento de las proteínas que pertenecen ala familia de las citoquinas, presentes en las plaquetas sanguíneas del propio paciente para ser utilizadas en el mismo organismo para conseguir un efecto rejuvenecedor. Los factores de creciento plaquetario atan principios que activan la regeneración celular de la piel, especialmente de queratinocitos de la capa basal y fibroblastos y estulan la producción de glicosaminoglicanos, fibras colágenas y elásticas necesarias para sustituir las estructuras alteradas.
Su descubriento se produjo en 1960, empezó a usarse en plantes dentales y luego se comenzó a utilizar en traumatología y oftalmología .Las técnicas de aplicación incluyen la extracción sanguínea sple; al paciente se le extraen unos 40 cc de sangre. Después el material sanguíneo se ultracentrifuga y se enriquece, obteniendo aproxadamente 10 cc de sustrato.
El producto obtenido se aplica sólo o combinado con grasa antóloga y otros complejos reguladores. Se infiltra mediante mesoterapia con una aguja más fina que la que se utiliza para el botox. Los resultados son rápidos. La luminosidad aumenta casi de inmediato. A los 28 días la mejoría es mucho más evidente, y el efecto completo aparece cuando han transcurrido unos tres meses. La piel adquiere mayor vitalidad, mejora la flacidez, aumenta la microcirculación y se produce un rejuveneciento global. En pieles no demasiado envejecidas puede bastar con una sola sesión al año. Los precios oscilan entre los 500 y 1000 euros .