El pasado domingo, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez compadecía en su programa Aló Presidente en el que acusaba a los medios privados de ‘incitar a la guerra, al odio y mucho más' y advertía que se podrían llevar 'una sorpresita en cualquier momento'. Las acusaciones de Chávez tenían lugar tres días después de que la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL) anunciara la apertura de un procediento administrativo sobre el canal privado haber incitado supuestamente al pánico y ansiedad entre la población'. Critican al canal de informar a la población el pasado 4 de mayo del terremoto que sacudía Caracas de 5.4 grados de magnitud sin esperar al comunicado oficial del Gobierno.
Fue el director de Globovisión, Alberto Federico Ravell, quien salió al aire vía telefónica instando a la audiencia a mantener la calma. Una actuación que Chávez calificaba de ser propia de un ‘loco con cañón' que merecía acabar como que se ‘llamaba Hugo Rafael Chávez Frías'. Ante estas amenazas varias organizaciones en defensa de la liberta de prensa se han manifestado, como el Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS) y el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ).
A través de un comunicado, el IPYS ha manifestado su rechazo a esta acción considerada parte de una campaña de acoso contra un canal opositor al gobierno. Asismo, el Coordinador Senior del Programa de las Américas del CPJ, Carlos Lauría ha instado al presidente Chávez y a los otros funcionarios venezolanos a abstenerse de efectuar acusaciones sin fundamento y comentarios amenazadores que pueden tener un efecto inhibidor en la prensa, afirmando que ‘los periodistas venezolanos deben trabaja en libertad y sin interferencia del gobierno'.
No obstante, será Hugo Chávez quien tenga la últa palabra sobre el destino de Globovisión. Tal y como ha declarado el director del canal a AFP, Alberto Federico Ravell, existe ‘un procediento en curso' ya que ‘el presidente está muy molesto con sus colaboradores que no reaccionaron a tiempo en este asunto', a lo que añadía ‘somos una especia de piedrecita en el zapato de Chávez y del Gobierno que somos el único canal con señal en abierto que dice verdades (…), no somos un partido político, nuestra misión es informar', apostilló.
Globovisón, conocido su punto de vista fuertemente crítico del gobierno, es el único canal privado crítico que transmite a señal abierta desde que RCTV, el canal más antiguo del país, salió del aire en mayo de 2007. RCTV dejó de transmitir tras una decisión sin precedente del gobierno venezolano que se negó a renovarle la concesión. RCTV Internacional lanzó el 16 de julio de 2007 un servicio con canal de suscripción pago vía cable y satélite que continúa ofreciendo programación crítica. La programación de Globovisón únicamente puede ser vista al aire en el área metropolitana de Caracas y en el estado de Carabobo. Los otros canales privados, Televén y Venevisión, han reducido sus críticas a la administración de Chávez para poder cumplir con regulaciones bastante restrictivas.
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