Se repite en todos los foros audiovisuales. Los expertos aseguran en voz alta que el modelo audiovisual español es insostenible, y en voz baja reconocen que no hay razones de peso para que las operadoras de telecomunicaciones lo sostengan. Los canales de televisión facturaron 2.988 millones de euros publicidad en 2008, y esta cifra se reducirá hasta los 2.570 millones durante este año, y no aumentará en 2010. Con el hándicap de que a partir del próxo tres de abril habrá 32 canales nacionales, con el consiguiente aumento del gasto de cada cadena.
Ante una crisis publicitaria tan fuerte, al gobierno solo se le ha ocurrido quitar la publicidad de RTVE para dársela a las privadas y que las operadoras de teleco paguen el 0,9% de su facturación para mantener a RTVE. Esa no es la solución. Sarkozy hizo lo mismo el año pasado, y todavía no ha visto un duro. Las telecos que operan en Francia han consignado el dinero, lo que no ha llegado a la tele pública francesa, y eso ha generado entre sus trabajadores la inquietud de saber durante cuanto tiempo pondrá lo que falta el gobierno dado que se esperan pleitos jurídicos interminables. Todas las grandes operadoras europeas están recurriendo de forma solidaria la medida francesa ante el temor de posibles itaciones parte de otros gobiernos, tal y como ya ha sucedido en España. Me cuentan que miembros del gobierno español reconocen en petit comité saber que no verán un duro que las teleco ganarán algunos de los múltiples pleitos que han interpuesto.
A pesar de ello, el proyecto de Ley de financiación de la Coración de RTVE se está discutiendo en el Parlamento la vía de urgencia, lo que pide desarrollar un debate parlamentario procionado a la tancia de la cuestión, y marginando a sectores plicados. El PSOE, en minoría, cuenta con el voto de CIU al que Lara ha ordenado, si tenía alguna duda, que vote a favor de la ley que beneficiará a la cadena que preside. El resto de los grupos votarán en contra. Se ha decidido convocar un pleno extraordinario en el Congreso y otro en el Senado para sacar la ley antes de septiembre. En el mundillo audiovisual se preguntan si el gobierno no tiene problemas más tantes para convocar un pleno extraordinario. Explican que hubiera sido más fácil optar otra solución, pero que el gobierno no ha preguntado a ningún experto sobre una alternativa viable a la emisión de 36 cadenas en tiempos de crisis. Solo ha seguido las indicaciones de Contreras.
Pues además de quitar la publi de RTVE y permitir la TDT de pago para explotar los derechos del fútbol adquiridos Mediapró, soluciones dadas Contreras, hay caminos más neutrales. Quienes han echado los dientes trabajando en medios audiovisuales abogan levantar la obligación de emitir cuatro canales de televisión cada múltiplex, lo que obliga a duplicar, o cuadruplicar, la programación realizada hasta hace poco cada cadena. Los expertos aseguran que el espacio que deben ocupar dos canales podría utilizarse para hacer un solo canal en alta definición, con lo que se ahorrarían el desembolso de comprar o producir un mayor número de horas de ficción. La solución no plicaría costes adicionales, dado que las series españolas ya se emiten en alta definición, y es absurdo realizar con esta calidad los servicios informativos. Se trataría de dejar un poco de mano libre mientras el mercado publicitario vuelve a su ser. “No ofrecerán nunca una solución de este tipo. ¿Cómo van a reconocer que habrá demasiados canales en España, sin entonar el mea culpa haber multiplicado dos el número de cadenas privadas generalistas estatales al aprobar La Sexta y Cuatro en abierto? Nunca darán su brazo a torcer, y se inventarán cualquier cosa menos una solución técnica, barata y sencilla”, me aseguran.
SUSANA BLÁZQUEZ. PERIODISTA
