BROTES VERDES: FALACIAS Y MOLINOS DE VIENTO

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Acaba de celebrarse en Italia, la últa reunión del G8, los ocho países más industrializados del mundo. A esta cita fueron invitados los países emergentes BRIC (Brasil, Rusia, India y China). España, decepcionada, fue splemente invitada a participar en una mesa redonda, donde presidió una conferencia sobre ayuda al Tercer Mundo.

Sin embargo, los debates tantes acerca de cómo salir de la actual crisis económica no tuvieron lugar en la mesa presidida España: los países más ricos del mundo y los cuatro países cuyas economías emergentes les van pisando los talones estaban más interesados en la reforma del sistema financiero mundial, en pulsar la globalización, sinóno de conectividad económica que evita el proteccionismo, o en tomar decisiones sobre creciento sostenible que mantenga a raya el cambio clático, que en tomarse en serio la propuesta del Gobierno Español de contribuir con 50 millones de euros a la reconstrucción del Castillo de Carlos V, destruido el terremoto que asoló la ciudad en que se celebró la Cumbre del G8.

Si uno lo piensa fríamente, es absolutamente lógico que los países más ricos del mundo, aquellos que tienen las economías más dinámicas, competitivas y productivas, no nos tomen en serio. Mientras el Presidente Obama está pensando en sacar adelante en el Congreso y en el Senado norteamericanos un nuevo paquete de estímulo fiscal que pulse la economía de su país; cuando Francia o Alemania anan a poner en valor “el trabajo esforzado” como fórmula para salir de la crisis…; el Presidente del Gobierno Español habla de brotes verdes en la economía española. Lógico que nadie le haga caso: la situación de la economía española es tan desastrosa y esto es tan conocido todos a nivel internacional, que al gobierno español no se le concede ni el beneficio de la duda sobre la veracidad de unas afirmaciones sobre la presunta salida de España de la crisis.

El Premio Nóbel Krugman ya se lo dijo a Zapatero…

Ya se lo dijo el premio Nóbel de Economía 2008, Paul Krugman, en Madrid al señor Rodríguez Zapatero el pasado 16 de marzo: España tardará entre cinco y siete años en salir de la crisis; España sólo saldrá de la crisis si el resto de los países más tantes de Europa (sus locomotoras, Francia y Alemania), salen prero de la crisis “y tiran” de la economía española hacia arriba. Y, aún así, le dijo un Krugman que no es sospechoso de ser de derechas, sino todo lo contrario, cuando España salga de la crisis, los españoles tendremos, per cápita, una riqueza neta inferior en un 15% a la que teníamos antes de este desastre económico que estamos sufriendo.

Paul Krugman se auto define como un hombre de izquierdas en Estados Unidos, donde el calificativo de “liberal” (en el sentido norteamericano de la expresión) ya es de sí suficientemente de izquierdas para los estándares americanos. Sin embargo, aparentemente, Zapatero ni se inmutó ante las admoniciones de un Premio Nóbel de Economía que le anaba a tomar decisiones tantes para salir de la crisis: reforma laboral, reforma del sistema financiero, reforma de las Administraciones Públicas, etc. Zapatero parece que hizo oídos sordos y, tres meses más tarde, entona la canción de los brotes verdes, como si continuara en campaña electoral.

¿Qué ha pasado en estos tres meses, tras la visita de Krugman a España? Más aún, ¿qué ha pasado en el prer semestre del año y qué va a pasar de ahora en adelante? Tanto el Banco de España como el Instituto Nacional de Estadística han publicado sus últos informes: los resultados son absolutamente desastrosos. Y, tanto el Banco Mundial, la OCDE, y el FMI, en sus últos informes coinciden en que, este año, el PIB de España decrecerá un 4,2%. Según prevén, el año que viene decreceremos solamente un 0,9%. Y, con suerte y si se cumplen, ejemplo, las previsiones de Krugman, empezaremos a tener tímidos crecientos positivos inferiores al 2% (un máxo del 1,8%) a partir del 2011.


El estado de la economía española en el segundo aniversario de la crisis

¿Y cómo está nuestra economía en estos momentos, cuando el 18 de julio se cumple, oficialmente el inicio de la crisis económica internacional? Ese día, Bear Stearns decidió cancelar los dos fondos de inversión que tenía vinculados a activos tóxicos, a hipotecas subpre. Ese día, de manera sbólica, empezó el desastre en que hoy nos encontramos.

En las últas dos semanas, hemos sabido, ejemplo que, según la Central de Balances del Banco de España, el beneficio de las empresas españolas ha decrecido un 21,5%. No está mal para ser un brote verde. El INE levantaba acta de que, en el mes de mayo, el Indice de Producción Industrial nacional tenía una caída del 20,5% en mayo, respecto al mismo mes del año anterior.

La construcción y el turismo, los dos motores de la economía nacional, siguen sin levantar cabeza. El Plan de Empleo local, que tiene levantados ayuntamientos y ciudades en un mar de zanjas, provee de empleo barato a trabajadores en paro de la construcción, pero esto es pan para hoy y hambre para mañana: ni se podrán volver a abrir las mismas zanjas (bueno, con Zapatero, nunca se sabe) ni se puede eternamente estar remozando cementerios y polidetivos en los ayuntamientos de España: y, aunque se hiciera esta majadería orden el Presidente del Gobierno para crear empleo, ¿qué atación real supondría esto a la economía nacional? ¿Será ésta su genial idea para cambiar el modelo productivo del país?

El turismo arroja datos muy malos en los seis preros meses del año: la entrada de turistas extranjeros en España se ha reducido en un diez cierto con respecto al mismo período del año anterior. Junio, que ya es temada turística, no ha revertido esta tendencia negativa. Y el Ministro del ramo, Miguel Sebastián, ana a los españoles a que se apunten al turismo nacional en vez de salir al extranjero.

Quizá el ministro olvide que el índice de confianza de los españoles está lo suelos y, en estas circunstancias, los españoles no están gastar (un 3,6% menos), sino, en el mejor de los casos, si pueden, están ahorrar (un 14,1% más): como consecuencia, la demanda interna, el consumo, no remonta. Y, si no se consume, no se produce: dato del INE: la producción de vehículos, ha caído un 46,2% en los preros seis meses del año; y el resto de industrias ha descendido un 38,1%. Confieso que no tengo estado de áno para hacer ironías: ¿pero a esto le llaman brotes verdes?

El Gobierno ha respirado un tanto tranquilo que los datos del paro del mes de junio han sido mucho mejores de lo esperado: 55.000 parados menos en las listas del INEM (ahora, Servicio Público de Empleo). Pero, desde ámbitos tan distintos como CCOO o Funcas, se le ha dicho al Gobierno que, ese mismo dato, desestacionalizado (es decir, sin tener en cuenta que, gracias a la temada turística y a la puesta en marcha del Plan de Empleo Local), hubiera supuesto que 145.000 españoles hubieran perdido su puesto de trabajo. Dato que se asemeja más a la destrucción de empleo del cuarto trestre de 2008 y prer trestre del 2009, en que la media mensual de destrucción de empleo, ha sido de unos 200.000 empleos perdidos, cada mes. Frente a los datos de paro del Gobierno, la Comisión Europea hizo públicos sus datos de paro para España, en mayo: 4,4 millones de parados; muchos más de los que dice el Gobierno.

Evidentemente, esto tiene efectos inmediatos en la economía real, junto al drama que perder el puesto de trabajo supone para el trabajador y su familia. Para empezar, en el número de afiliados a la Seguridad Social. En vísperas de las Elecciones Generales de 2008, Zapatero sacaba pecho: más de 20 millones de afiliados, cotizando. En los últos doce meses, se han esfumado 1,2 millones de cotizantes: disculpen la reiteración: ya no cotizan y, tanto, dejan de atar a las arcas de la Seguridad Social, que sotan pensiones, Sistema Nacional de Salud, etc.

Con empresas que pierden dinero, trabajadores que se quedan sin empleo y familias que no consumen, las arcas públicas se resienten, y mucho, que la recaudación fiscal se ha reducido dramáticamente, en lo que llevamos de año: la recaudación fruto de los puestos de IRPF y Sociedades ha descendido una media del 20%. La recaudación IVA (que refleja el consumo) ha caído aún más: una media del 30%.

Sin embargo, el Gobierno gasta más, mucho más, y se endeuda más. El déficit público, desbocado en el últo trestre del 2008 suponía un 3,8% del PIB. El Pacto de Estabilidad en Europa no nos permite pasar la barrera del 3%: en lo que llevamos de año, el déficit público supone más de un 8,2% del PIB y, casi con toda certeza, rondará el 10% en el conjunto del año. Es lógico pensar que, si el Estado se endeuda, alguien habrá de pagar la factura. No serán los políticos quienes lo hagan, sino los ciudadanos, quienes lo haremos: me temo; nos tememos todos, habrá subidas de puestos, y no sólo de los puestos especiales, sobre el alcohol, el tabaco o la gasolina. Sino que, tarde o temprano, acabarán subiendo tanto el IRPF como el Impuesto de Sociedades. Y, al tiempo: aunque el consumo siguiera en tasas negativas, también gravarán el IVA.

Precisamente la subida de puestos es algo a lo que los ciudadanos no están dispuestos. Al menos, los ciudadanos de los 22 países que conforman el 75% de la riqueza mundial su contribución al PIB planetario, donde está incluida España, no están la labor de subir puestos. Aquí la expresión “planetario” no tiene nada que ver con el sentido que le dio Leire Pajín, Secretaria de Organización del PSOE, a la coincidencia en el tiempo de Obama y Zapatero. Aunque suene a ironía, nosotros hablamos de cosas serias.


La opinión de la gente sobre los brotes verdes

Para mí, este punto es especialmente tante: lo que los ciudadanos piensan es muy relevante para la economía, que, en palabras de Alan Greenspan, el que fuera Presidente de la Reserva Federal Americana desde 1987 hasta 2006, son el pánico, las crisis de confianza de las personas, en una palabra, la psicología, lo que genera las crisis económicas.

En su biografía “The age of turbulance”, cuenta que, cuando estuvo al frente de la Reserva Federal, cada vez que sus asesores le traían informes económicos que anticipaban cambios de tendencias a la baja o la inminencia de crisis económicas, él inmediatamente acudía las encuestas. Encuestas que le decían el estado de áno de la gente, su grado de confianza, su disposición a gastar o a ahorrar, etc.

El lo hizo siempre así, durante los 60 años que dedicó a la economía, donde como analista y consultor durante 40 años, combinó la ciencia de los estudios macroeconómicos con los de la investigación de mercado, para mejor asesorar a sus clientes y, luego, a los políticos, durante 20 años.

Algo parecido dice que ha hecho siempre Warren Buffet, el Oráculo de Omaha, el inversor más presionante de todos los tiempos, el segundo hombre más rico de la tierra, después de Bill Gates. En la única biografía autorizada él, “Snowball, the Business of life”, Buffet también acude a la combinación de encuestas y estudios económicos antes de tomar decisiones de inversión. Y, en general, no le ha ido mal.

En ese sentido, según los últos Estudios de que dispongo, de esta misma semana, un 90% de ciudadanos de los 22 países más ricos del mundo prefiere que los gobiernos reduzcan gastos a que incrementen los puestos. Justo lo contrario que lo que hace el Gobierno español, y va a seguir haciendo.

Más aún, en EEUU, ejemplo, según el Indice de Confianza de los Ciudadanos elaborado la Universidad de Míchigan, hecho público en julio, con datos de junio, la confianza económica de los americanos ha caído a mínos históricos, justo cuando se han hecho públicos los datos del paro en los EEUU en junio, con 564.000 empleos perdidos. Esto supone, para América, una tasa de paro del 9,4%. Pues si ellos se depren, con una tasa de paro del 9,4%, agínense nosotros, los españoles, que ya hemos alcanzado la tasa de paro del 18,4%, acabaremos en el entorno del 20% al finalizar el año (cerca de cinco millones de parados) y, no es ser catastrofista, según el panel de analistas de Funcas, los datos para el año que viene, podrían ser incluso peores. No voy a entrar en detalles de un estudio del mes de junio de UBS que cifraba la tasa de paro para España en 2010 en el entorno del 25%, tres puntos superior a la más alta alcanzada en la crisis de 19931996.

¿Y a todo esto le llaman brotes verdes? Por supuesto que todos estamos deseando que haya buenas noticias económicas y que la crisis se acabe cuanto antes. Pero lo anhelamos sin mentiras, y deseando que cada uno haga sus deberes. Por ejemplo, si el Gobierno tiene un plan para cambiar el modelo productivo del país, que lo ponga enca de la mesa cuanto antes, ejemplo. Porque con anarnos a todos a meternos en el mundo de las energías renovables, como la panacea de todos los problemas, me temo que no solucionamos el problema: ¿se van a crear 4 millones de puestos de trabajo en torno a los molinos de viento? O Zapatero no ha leído el Quijote o, lo que es peor, tiene alucinaciones tanto o peores que las del Quijote.

Podría seguir ad eternum, hablando de los brotes verdes y de la falacia que suponen: desgraciadamente, los datos son francamente malos y demasiado abundantes. Creo que es el momento de empezar a hablar de soluciones, de cómo salir de la crisis. Para empezar, esta cuestión hay que enmarcarla en sus justos términos: ¿qué es salir de la crisis? Para los expertos en economía, salir de la crisis supondría que, ejemplo, unas quince variables macro mejoren sustancialmente. Muy bien, ¿y para el consumidor/ciudadano de la calle? Según mis últos estudios, un 63% de los ciudadanos, consideran que el empleo es el indicador más tante para medir el éxito o fracaso de las medidas económicas. Y esto, en un momento en que un 74% de españoles creen que la situación económica sigue siendo mala o muy mala.

En el caso español, está demostrado que sólo creamos empleo cuando crecemos enca del 3%, en PIB. Ya hemos visto que, en el mejor de los casos, en el 2011 estaremos en el entorno del 1,8%; no llegamos ni al 2%. Y así parece que estaremos una larga temada, según el Premio Nóbel de Economia de 2008, Paul Krugman.

Por tanto, ¿qué hay que hacer para crecer, cuanto antes, enca del 3% y crear empleo, saliendo de la crisis?

Este será el objeto de nuestro siguiente artículo y, tanto, dejo la respuesta para entonces.


Jorge DíazCardiel
Director Corativo de Ipsos Public Affairs

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