Tenemos chico nuevo en la oficina

vampus
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Son muchos los logros en la batalla contra el Sida que se han conseguido en estos treinta años de pandemia. Una celebración era justo lo que se correspondía. Medios de Comunicación, organizaciones activistas y diversos personajes del colorín, junto al Ministerio de Sanidad y Política Social, con motivo del día Mundial del Sida.

 

Eva Hache, bufón de la fiesta. En la mesa presidencial la Ministra, como anfitriona; el presidente de CESIDA, como invitado de honor; y un representante del Ministerio de Igualdad, posiblemente amigo de la Trini. ¡Ah! y un tal Tomás Hernández, según se pudo cuchichear en el gallinero del teatrillo que se había montado en el Ministerio.

 

Trini, que si las cifras… El de igualdad, que si discrinación… CESIDA, que si los derechos… y el único que no dijo ni pío fue el tal Hernández, sentado a la vera de nuestra ministra, calladito, con miedo, ni una sonrisa. Por un momento pensamos que se trataba del nuevo escolta de Trinidad.

 

Tras el revuelo su llegada ‘sorpresa’ (otros se hicieron los sorprendidos) a la secretaría del Plan Nacional sobre SIDA hace escasas tres semanas, ni un ‘hola, soy yo, el nuevo, brindemos el Sida’. Ïntrigado estaba este vampiro que quería saber más y aprovechó un momento de despiste en el que la Trini le soltó de la mano. Ya se sabe, lo de siempre, días mundiales, saturación de noticias, declaraciones de gente tante… ‘no me dejan, habla con prensa…’. Cómo se nota que este chico es nuevo ¡pero si ni si quiera sabían que existías!

 

Pero prsalud no se conformó. En medio de la minifiesta con fanta y cocacola que Trini se montó en un periquete apareció ella. Teresa Robledo en persona. La que ‘misteriosamente’ abandonó su cargo sin dejar rastro… ¿La habrían invitado? A lo mejor no y el ruido de la fiesta la hizo bajar de la planta 14 a ver qué se cocinaba.

 

A Trini, ni ‘hola’ ¿antiguos resquemores? Para quien si tuvo palabras de apoyo Robledo fue para el ‘nuevo’, al que aún no había podido felicitar su nueva adquisición. Lo cierto es que mucha alegría desprendía Robledo. Igual pensaba ‘menudo marrón te ha caído majo’.

 

Lo que no entiende este vampiro (y perdonar su ignorancia en protocolos) es que en la celebración del Día Mundial del Sida al máxo representante de las políticas de prevención y tratamiento no se le conceda ni un mísero minuto de cortesía.

 

¿Quién y qué no quiere que hable?

 

Los murciélagos nunca duermen…

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