Llega el final del verano y también la hora de recoger las chanclas, los bikinis, las toallas, las sombrillas, pero ¿qué hacemos con las cremas solares?, ¿Nos sirven para el año que viene o debo tirarlas a pesar de tenerlas casi nuevas? Estas son algunas de las dudas que todos nos hacemos cada año, prfarmacia ha consultado a expertos en el tema para intentar solucionarlas.
La Vocal Nacional de Dermofarmacia del Consejo General de Colegios Farmacéuticos (CGCOF) de España, Cristina Tiemblo, explicaba en una entrevista radiofónica el pasado fin de semana que ‘si hemos utilizado correctamente estos productos solares no deberían habernos sobrado’. Pero ¿y qué pasa si estas cremas se compran a final de verano? ‘En caso de que no queramos tirarlas, a excepción de las que son muy densas y nos dejan la piel blanca, podríamos utilizarlas como hidratantes’ afirmó Tiemblo. Mientras el dermatólogo Pablo Lázaro opina que ‘aunque podrían utilizarse como hidratantes, su fin no es ese, de echo muchas de ellas son de secado rápido para que no nos molesten cuando nos encontramos tomando el sol’.
Otro de los puntos tantes y que no se tiene en cuenta en los cambios bruscos de temperatura que sufren, especialmente si se llevan en bolsas y se dejan al sol durante horas ‘Estos traslados de un lado a otro y sus consecuentes cambios de temperatura reducen aún más la fecha de caducidad fijada’, recuerda el Doctor Lázaro al igual que lo hiciera la Vocal de Dermofarmacia del (CGCOF). Las nueva generación de emulsiones solares también provoca que resulte casi posible determinar a sple vista si se encuentran en buen estado o no ‘a no ser que sea en ocasiones muy ‘groseras’ en los que la emulsión se muestre deshecha como ejemplo cuando se corta la mayonesa es posible determinarlo’ confirma Lázaro.
Así que aprovechen los últos coletazos del verano para terminar esas cremas solares que aún les quedan en sus bolsas de la playa o la piscina que el año que viene lo más conveniente es renovarlas.
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