Uno de los dos, o los dos, miente, o no está diciendo toda la verdad. Tomás Gómez y Pedro Castro han protagonizado un culebrón a cuenta del empeño del alcalde de Getafe en volver a ser candidato para sumar otros 4 años a los 27 que lleva en el sillón municipal. Según ha trascendido, Gómez le pidió que renunciara a volver a presentarse, y Castro se negó. ¡Hay que ver cómo se repite la historia! Tomás Gómez esgrió contra Castro las encuestas desfavorables, el mismo argumento que no quiso aceptar cuando el presidente del Gobierno le llamó para pedirle que se retirara de la candidatura y dejara paso a Trinidad Jénez. Tomás Gómez ha negado que hubiera pretendido forzar la renuncia de Pedro Castro, mientras que el alcalde getafense no concreta si tal cosa llegó a ocurrir, tratando de pasar página pero contribuyendo con su inconcreción a alentar el debate. Lo cierto es que el líder de la mitad y un poco más de los socialistas madrileños, ha perdido la confianza en Castro, que cuando una herida se cierra en falso, a la prera de cambio vuelve a sangrar y la fraternidad escenificada los socialistas salta los aires. Gómez no perdona a los que se posicionaron contra él en las prarias, y la metamorfosis de Castro tampoco ayuda en exceso. Ha pasado en poco tiempo de ferviente admirador a converso detractor y ahora a fiel escudero. Gómez puede negarlo, pero no quiere a Castro de candidato. En este escenario, otros dirigentes socialistas temen represalias. De hecho, Gómez ha mantenido una reunión con alcaldes del sur a la que no invitó a Pedro Castro, ni a Rafael Gómez Montoya y Manuel Robles, regidores, respectivamente, de Leganés y Fuenlabrada, que se posicionaron claramente a favor de Trinidad Jénez y ahora temen que Gómez aproveche para rendirles cuentas. La intervención del nuevo secretario de Organización del PSOE, Marcelino Iglesias, llamando a capítulo a Tomás Gómez, ha confirmado que las aguas en el socialismo siguen revueltas. Como ganador de las prarias, Tomás Gómez quiere tener las manos libres para confeccionar las listas con equipos de su entera confianza, pero eso equivale a fumigar al adversario. Pedro Castro ha sido el prero y ha superado este prer combate. Veremos quién gana el siguiente. Tomás Gómez está equivocando el tiro. Se supone que su adversaria es Esperanza Aguirre. Para ganarla necesita un partido fuerte y unido, y propuestas que conformen una alternativa de gobierno creíble. Lo demás son luchas internas que no interesan a nadie.
Alberto Castillo
Director de Gente en Madrid