Diez propuestas de la AEC para lograr cero muertes en autopistas para 2020

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‘Estamos convencidos que de lograr cero muertes en la red de alta capacidad durante la próxa década sólo es posible con una política activa y decidida en materia viaria’, indican desde la Asociación Española de la Carretera (AEC) ante el ‘sueño’ del director general de Tráfico, Pere Navarro, de conseguir que no haya ningún muerto accidente de tráfico en autopista en el horizonte 2020. En este sentido, la asociación ha planteado un total de diez propuestas para conseguir que esta ‘utopía’ pueda llevarse a cabo. El tratamiento generalizado de los tramos de concentración de accidentes, extender la iluminación en autopistas y autovías y analizar los ‘tramos blancos’, figuran entre las recomendaciones.

 

‘Sueño con un horizonte en 2020 en el que no haya ningún muerto accidente de tráfico en autopista’, señalaba el director general de Tráfico, Pere Navarro, en su últa comparecencia ante los medios. Ante esta idea, desde la Asociación Española de la Carretera (AEC) se muestran convencidos de que ‘este sueño es realizable’ e indican que se trata de un reto para el que es necesario la actuación sobre las propias infraestructuras viarias, las cuales tienen un papel determinante. De esta forma, se exige la puesta en marcha de políticas integrales que incidan en el usuario, el vehículo, el control del cumpliento de las normas y, su supuesto, la infraestructura. Sobre este últo punto es sobre el que se hace mayor hincapié.

 

DIEZ MEDIDAS PARA EL ‘OBJETIVO CERO’

Dentro de las propuestas realizadas desde la AEC, se apuesta generalizar en el conjunto de la red de carreteras la aplicación de las estrategias ‘paliativas y preventivas’ para la mejora de la seguridad vial incluidas en la Directiva 2008/96/CE. Entre ellas figura la gestión de tramos de concentración de accidentes y las inspecciones y auditorías de seguridad vial, que deberían ‘ser aplicadas de manera sistemática para garantizar que la red de carreteras opera en las máxas condiciones de seguridad’.

 

En segundo lugar, se hace hincapié en la tancia de garantizar la existencia de márgenes seguros, bajo el concepto de ‘carreteras que perdonan’ y que compensen los posibles errores humanos. Para ello, debe existir una zona próxa a la vía libre de obstáculos y sin pendientes fuertes; si no fuera posible, deben instalarse los sistemas de contención apropiados para todo tipo de usuarios.

 

Por otro lado, se pide aumentar la inversión en conservación de firmes, que se ha visto notablemente afectada la situación actual. Y es que destacan que ‘un pavento en buen estado es fundamental para una circulación segura, además de cómoda y con una adecuada calidad de servicio’. Igualmente se destaca especialmente la necesidad de reponer la señalización vertical, horizontal y elementos de balizamiento, ya que ‘la mayor parte de la información que recibe el usuario de la vía y su entorno le llega a través de estos elementos, lo que es prescindible garantizar su existencia y ópto estado de conservación’.

 

En la quinta recomendaciones encontramos la petición de generalizar la iluminación nocturna de la red de autopistas y autovías, promoviendo la circulación de vehículos pesados durante la noche. Al reducirse la ‘convivencia’ entre ligeros y pesados, se incrementará notablemente los índices de seguridad durante el día.

 

Igualmente, se invita a aprovechar al máxo las posibilidades de la tecnología de control y gestión de la circulación para obtener el máxo conociento de la vía y el tráfico en tiempo real, de manera que se puedan plantar planes para mejorar la fluidez y la seguridad adecuados a las circunstancias de cada vía en cada momento. También se recomienda desarrollar un programa de adecuación de los túneles españoles a la Directiva Europea sobre Túneles  (iluminación, ventilación y elinación de partículas, telemática y elementos de seguridad específicos…) y se apuesta definir un plan de revisión del estado actual de los puentes de la red de alta capacidad y llevar a cabo su adaptación en caso necesario.

 

En este sentido, desde AEC se destaca especialmente la tancia de analizar los accidentes que se producen en las autopistas y autovías y, en particular, en los tramos de concentración de accidentes, a fin de identificar sus causas e plantar soluciones en el corto plazo, evitando complicaciones administrativas y retrasos en la adjudicación de proyectos y comienzo de las obras necesarias.

 

Por últo, se recomienda realizar un seguiento de los denominados ‘tramos blancos’, término creado la Asociación Española de la Carretera para denominar los tramos de carretera donde no se producen accidentes con víctas durante un determinado número de años, de manera que se pueden obtener conclusiones acerca de la influencia de las características geométricas de la vía, sus usos, el equipamiento y estado de conservación, entre otros puntos.

 

Según el director de la Dirección General de Tráfico (DGT), Pere Navarro, en 2010 hay que destacar especialmente el aumento de la siniestralidad vial que han registrado las autopistas, 25 muertos más que en 2009. Aún así, las autovías cerraban el año con 294 muertos, las autopistas con 105 fallecidos y las carreteras convencionales con 1.331 víctas mortales. Por este motivo, desde la asociación concluyen que este decálogo debe verse complementado con ‘un plan específico y urgente de mejora de la seguridad en vías convencionales, la mal llamada red secundaria, en tanto en cuanto es una red clave para la accesibilidad y la cohesión del territorio’, señalan.

 

Seguiremos Informando…

 


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